El Iberostar Tenerife pone contra las cuerdas al líder Real Madrid y cae en el último suspiro
domingo, 21 octubre, 2012 - 02:10
Un palmo para la gloria. Eso fue le que le faltó al CB Canarias para tumbar este domingo al todopoderoso Real Madrid en un Santiago Martín prácticamente abarrotado (4.858. espectadores). El grupo de Alejandro Martínez tuvo contra las cuerdas al líder de la Liga Endesa y por segundo partido consecutivo se quedó muy cerquita de inaugurar su casillero de victorias.
Un 4-18 en menos de tres minutos y la aparición estelar de Jaycee Carroll y Rudy Fernández privaron a los aurinegros de derrotar por primera vez en la historia a un rival, el madridista, que sigue invicto ante los clubes tinerfeños veinte partidos oficiales después, incluidos los cruces ante RC Náutico y Unelco Tenerife.
Dio la cara al Canarias y acarició la machada espoleado por la magia de su afición, que hizo rugir el Santiago Martín hasta obligar a los madridistas a bucear bien profundo en su rica alforja de recursos para sacar adelante un partido que se le puso muy cuesta arriba. Una canasta in extremis de Saúl Blanco pudo incluso forzar la prórroga o el triunfo local (pudo haber falta también en esa acción), si el instant replay no hubiera desvelado que el tiro del asturiano estaba ya fuera de tiempo.
Fue el cruel desenlace para un Canarias que había rumiado la sorpresa desde las trincheras, contrarrestando el enorme potencial de su adversario a base de casta, fe y orgullo, mucho orgullo. Arrancó dubitativo el equipo tinerfeño (3-8, 9-14) ante un Madrid que jugaba al son de Sergio Rodríguez, aplaudido en su regreso a casa. Sin embargo, la salida a pista de Carles Biviá volteó la historia a favor de los anfitriones.
Cuatro puntos seguidos de Levi Rost, un triple de Guillén y los libres de Lampropopulos propiciaron un 14-2 para lanzar a los canaristas en el marcador al cierre del primer cuarto (23-16, 10). Sólo la precoz tercera falta de Levi enturbiaba la reacción insular. Fue entonces cuando Pablo Laso echó mano de los centímetros de Begic y cuando Carroll comenzó a sembrar de pistas la exhibición que estaba por venir, un partidazo del estadounidense que acabaría convirtiéndose en una pesadilla desde el perímetro (6/11 en triples).
El oficio y la dureza de Felipe Reyes hacían el resto para los visitantes que se iban al descanso dominando el rebote (22 capturas por 10 de los anfitriones) y siete arriba en el electrónico (36-43). Sin embargo, igual que sucediera siete días atrás en Santiago de Compostela, el Canarias tenía preparada una marcha más para la reanudación.
El grupo de Martínez apretó atrás, cerró mejor el rebote (al final fueron sólo tres los rechaces de más que capturaron los visitantes) y comenzó a creerse que tenía opciones reales de llevarse la victoria. Lo hizo de entrada con un 55-49, tras un 10-0 de parcial que coincidió con los mejores minutos de un Biviá que va a más en una categoría nueva para él y justo después de dos triples claves de Blanco y Sekulic.
La historia se repetía y el Real Madrid se vería forzado otra vez a sacar la mejor versión de un inspirado Carroll para no irse del partido antes de tiempo. En medio de ese intercambio de golpes, el Canarias demostró que tiene hechuras para luchar con argumentos por la permanencia y, espoleado por un ruidoso Santiago Martín, exprimió la clase de un inmenso Richi Guillén (15 puntos en la segunda mitad) para poner contra las cuerdas el equipo blanco (82-70).
Los tinerfeños soñaban con la victoria y lo hacían con méritos propios, pero fue entonces cuando el Real Madrid demostró el porqué de su actual liderato. Una acción de cinco puntos tras triple de Rudy Fernández y dos libres de Slaughter metió de nuevo en el partido (82-75) a un equipo, el blanco, que se encomendó ya del todo a la pasmosa facilidad anotadora de Carroll para apretar un desenlace de infarto.
El Canarias comenzó a ver el aro cada vez más pequeño. Pese a todo, Nico Richotti anotaba dos libres a 39 segundos para el final que mantenían vivo el sueño aurinegro (86-83) hasta que un triple del verdugo Jaycee (86-86), una posterior pérdida canarista y una nueva canasta de Rudy (86-88) ponían casi la puntilla a los locales, a los que no les quedaba ya otro remedio que ahogarse en la frustración tras ver que el acierto final de Saúl Blanco para forzar la prórroga se había producido, instant replay de por medio, fuera de tiempo por escasas milésimas.
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