Triunfo a pico y pala ante un PAOK Salónica muy físico
miércoles, 24 enero, 2018 - 10:01
El Iberostar Tenerife sumó este miércoles noche un triunfo de prestigio ante el histórico PAOK Salónica (93-79) para mantenerse al frente del Grupo B de la Basketball Champions League. Otra gran faena colectiva (118 de valoración) explica un triunfo en el que los tinerfeños tuvieron de nuevo que dar un paso al frente para sobreponerse a no pocos inconvenientes, varios de ellos en forma de lesiones.
Sin Davin White y con Ferrán Bassas recién salido de una contractura lumbar, el grupo de Fotis Katsikaris perdió por sendos golpes a dos de sus exteriores, Vasileaidis y Akognon, mediado el tercer cuarto, con el partido todavía en el alambre. El primero, por un pinchazo en el gemelo izquierdo y el segundo por un fuerte golpe en la rodilla derecha, pendiente en ambos casos de pruebas médicas para valorar el alcance.
Pese a todo, el conjunto canarista no se achicó y sacó adelante un partido complicado, muy trabado por momentos. Nació el choque con los griegos muy metidos y mandando en el electrónico hasta prácticamente el final del primer cuarto (6-9, 8-11, 13-15). Fue la irrupción de Josh Akognon la que comenzó a desnivelar la balanza del lado local (16-15).
Hasta siete puntos casi consecutivos del combo nigeriano cimentaron el primer estirón significativo de los aurinegros. Los balones interiores a Mike Tobey, la astucia de Javi Beirán y un triple de Kostas Vasileiadis (31-24, min. 15) pusieron ya en aprietos a un PAOK, que trató de aguantar la embestida con las faltas que iba forzando Margaritis. Los canaristas, por su parte, que apenas pudieron contar con Abromaitis, metido en faltas desde muy pronto, controlaban la batalla del rebote y movían el balón con paciencia para irse siete arriba al descanso (46-39).
Intentó el Canarias dar un nuevo zarpazo a la vuelta de la pausa y amagó de hecho con romper el partido recurriendo a la calidad de Ponitka (53-44). El caso es que un 0-6 de los griegos (55-52) estrechó el cerco, mientras los anfitriones perdían por las citadas lesiones y de manera inoportuna a Vasileiadis y Akognon (56-54). Sin embargo, lejos de tirar la toalla, el grupo de Katsikaris dio un paso al frente desde la fe y la defensa.
La energía de un Rosco Allen todoterreno (19 puntos y 11 rebotes, siete de ellos ofensivos para 28 de valoración), los buenos minutos del vinculado Mads Bonde Stürup y la inteligencia de jugadores como Beirán o Ponitka lanzaron a los aurinegros, tras dos triples consecutivos del propio Javi y de Allen (67-57).
El PAOK, que se empleó con dureza atrás, llegó a ir 18 abajo (85-67); mientras el Canarias circulaba el balón con criterio y solidaridad (23 asistencias, nueve de ellas de San Miguel), pero el caso es que los helenos tampoco acabaron de rendirse. De hecho, se encomendaron a varias acciones de mérito, primero de Charalampapoulos y luego de Koniaris, para reducir la desventaja; no lo suficiente en cualquier caso para impedir que el Iberostar Tenerife sentenciara el partido en los últimos compases para llevarse una victoria muy trabajada.
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