El Socas Canarias despide el año con derrota pese a plantarle cara al Breogán
lunes, 22 diciembre, 2008 - 10:12
El Socas Canarias despidió el 2008 con derrota (86-77) pese
a plantarle cara al potente Leche Río Breogán y no tirar nunca la toalla en
partido adelantado a la decimoquinta jornada de la Adecco LEB Oro. El grupo de
Alejandro Martínez cierra el año con cinco derrotas consecutivas y un balance
de 6/11.
El equipo aurinegro salió muy metido a la cancha en un
primer cuarto que deparó un bonito pulso entre el local Brian Cusworth y el
canarista Jakim Donaldson. El de Pittsburg, que acabaría en dobles figuras (25
puntos y 10 rebotes, amén de 10 faltas recibidas, cuatro asistencias y dos
tapones para 39 de valoración), hizo mucho daño en la pintura lucense; y bien
acompañado por sus compañeros, permitió a los tinerfeños mandar de entrada en
el marcador (12-16).
Sin embargo, los centímetros de Cusworth y el acierto
desde el perímetro de Corbacho (3/5 en triples y 2/2 en tiros de dos al
descanso) hicieron que los de Paco García cerraran el primer cuarto con ventaja
de tres puntos (24-21, 10),
triple incluido sobre la bocina. Los gallegos intentaron luego romper el choque
(34-27, 14),
pero un parcial de 0-6 de los canaristas lo impidió (34-32).
Otro dos triples de los anfitriones (uno de Corbacho y
otro de Lucho Fernández) abrieron otra pequeña brecha del lado local antes del
receso (44-38). Tras la reanudación, Javi Román, muy acertado en los libres (6/6 casi seguidos) y
con un par de tiros convertidos contra tabla, asumió el relevo ofensivo de
Cusworth.
El Breogán llegó a coger una ventaja de doce puntos (61-49),
pero lejos de rendirse, el Socas Canarias hizo lo imposible por volver a
meterse en el choque, llegando incluso a ponerse a cuatro puntos (67-63) a
medida que Cusworth se desquiciaba con un par de pérdidas y faltas en ataque.
Con el choque otra vez con visos de apretarse, la mano de
Corbacho, autor de dos triples consecutivos cuando más lo necesitaba su equipo,
y la quinta de Jason Detrick volvieron a traducirse en un desahogo para los
gallegos (78-67). De ahí al final, el equipo aurinegro fue un querer y no
poder, lo que le obligó a claudicar ya de manera definitiva.
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