El Socas cae ante el Menorca tras un final para olvidar
sábado, 28 noviembre, 2009 - 07:11
El Socas Canarias Ciudad de La Laguna cayó derrotado en su visita al Vivemenorca (75-51) tras 25 minutos muy serios de los tinerfeños, que llegaron incluso a soñar con profanar el todavía invicto búnker de Mahón (29-37). La tercera falta de Jakim Donaldson, coincidiendo con el mejor momento de los aurinegros, la reacción de los anfitriones tras el tiempo muerto de Paco Olmos y la merma de la rotación visitante les condenó a un parcial definitivo de 20-4 que encarriló la victoria del equipo balear. El abrusco y cruel impacto con la realidad deparó un desenlace para olvidar de los canaristas.
El choque nació parejo con los dos equipos muy aplicados en tareas defensivas. Los triples de Umeh (2/3 en el primer cuarto) y los puntos en la pintura de Turner fueron las mejores armas de entrada de los locales; mientras que Richi Guillén se fajaba en el rebote (siete en los diez primeros minutos). El partido crecía igualado hasta que cuatro puntos consecutivos de Guzmán y un par de desajustes defensivos de los canaristas ponían al Menorca nueve arriba (23-14).
Lejos de irse del partido, el grupo de Alejandro Martínez recuperó sus opciones con una zona 3-2 que frenó la estampida balear. Eso, los puntos de Jakim Donaldson y el acertado relevo de Chagoyen apretaron otra vez el encuentro para llegar igualados al receso (29-29). Tras el intermedio, el Socas Canarias amagó la sorpresa y firmó un 0-8 de entrada que por un momento inquietó a las más de 5.000 personas que se dieron cita en el Pabellón de Menorca.
Cuatro puntos seguidos de Jakim, con un tapón a Cuthbert de por medio, otros cuatro de Chago y el acierto en la dirección de Urreizti obligaron a Paco Olmos a pedir tiempo muerto (29-37, 23). Y ahí acabó el partido de un equipo, el Canarias, que echó a perder todo lo bueno que había acumulado hasta entonces y se dio de bruces con la cruda realidad. Una realidad que habla mucho del inmenso potencial de los baleares, firmes candidatos al ascenso.
La misma realidad que dice que con la soga al cuello, la rotación suplente del juego interior de los locales es capaz de poner otra vez las cosas en su sitio con los rebotes de un Otegui que apenas pudo entrenar entre semana por culpa de la fiebre (diez capturas) y ocho puntos consecutivos como puñales de Caio Torres, una inmensa montaña de centímetros y kilos muy difícil de parar cerca del aro.
Todo esto ante la desesperación de los tinerfeños, que sufrieron la tercera personal de Donaldson y se les apagó la luz de golpe y porrazo. La racha anotadora del mencionado Torres y la aparición de Diego Ciorciari, hasta entonces discreto, provocaron un parcial de 20-4 y allanaron ya la victoria del Vivemenorca. Los últimos minutos no hicieron más que reflejar la impotencia de un Socas Canarias que acabó encajando una derrota más amplia de lo que barruntaron sus 25 primeros minutos, cuando incluso soñó con ganar. A partir de ahí, el mundo se le vino encima.
-- Foto de portada (cedida por el Vivemenorca): Garrido y Turner pujan por un balón suelto.
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