El Socas supera al Burgos tras un tercer cuarto de libro
miércoles, 23 diciembre, 2009 - 12:12El Socas Canarias Ciudad de La Laguna enhebró este martes noche su tercera victoria consecutiva (88-72), tras un tercer cuarto de libro ante un Ford Burgos que causó una grata impresión en el primer tiempo, pero que acabó cediendo ante el vendaval ofensivo de los aurinegros tras el receso y ante una zona que se le atragantó sobremanera. La afición tinerfeña, otra vez inmensa, volvió a rozar el lleno en el Ríos Tejera y disfrutó a lo grande con otro acto de fe y coraje de los suyos.
El partidazo de Richi Guillén, que además tuvo el don de la oportunidad para aparecer cuando más falta hacía; la actuación otra vez estelar de Jakim Donaldson, el buen hacer de Jaime Heras, ejerciendo muchos minutos de base ante la lesión de Quique Garrido; y el acierto del resto del colectivo (hasta cinco jugadores canaristas hicieron dobles dígitos en anotación y el grupo se fue hasta los 120 de valoración) explican en parte el triunfo local.
Y eso que el Burgos salió con todo y llegó a manejar rentas de nueve puntos gracias a un omnipresente Zach Morley (11 puntos en el primer cuarto) y al poderío interior de Anagonye, que hizo mucho daño en la pintura con su corpulencia. La solidez del bloque burgalés barruntaba un desafío mayúsculo y las sensaciones se repitieron en el segundo cuarto. Sin embargo, tras el intermedio, el partido cambió de la noche al día para los anfitriones.
El grupo de Alejandro Martínez firmó un parcial de 27-8 en un tercer cuarto para enmarcar. La irrupción en ataque de Guillén permitió no sólo limar diferencias, sino voltear también el marcador y coger el mando en el electrónico. El gran relevo de Chagoyen saliendo desde el banquillo y la seriedad atrás de los aurinegros sembraron de inseguridades a un Burgos incapaz de atacar la zona de los locales.
Con Morley y Anagonye desaparecidos, el Socas Canarias aprovechó el tirón para romper el partido de manera definitiva pese a los intentos del adversario por meterse otra vez en la pomada. Intentos en vano que murieron ante la intensidad de los canaristas, espoleados por un público impecable, un gran porcentaje en tiros de dos y la cabeza muy fría. Ante esta dinámica, Casadevall trató de evitar una derrota holgada, pero los suyos se desesperaron tirando desde más allá del 6,75 para acabar cediendo por 88-72 ante un Canarias en estado de gracia.
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