El Socas Canarias busca la hazaña en Bintaufa
sábado, 22 mayo, 2010 - 01:05
No hay imposibles. Cuarenta y un partidos oficiales y mil y una batalla después, el Socas Canarias mantiene viva su ilusión de seguir haciendo historia. Sin complejos y a cara descubierta, de frente, con la irreverencia que siempre le guió en las páginas más importantes de su historia, el club tinerfeño afronta este domingo el quinto y definitivo asalto de su serie de semifinales ante el potente Vivemenorca (Bintaufa, 18:00 hora canaria, El Día TV y el 2 de la TVC).
Un reto sólo para valientes donde canarios y baleares pondrán a prueba su umbral físico en una temporada que está siendo maratoniana y que exige ahora un nuevo esfuerzo de madurez mental y física. Ahí, precisamente, en la capacidad que exhiba cada uno para digerir lo mejor posible el sobresfuerzo reciente del viernes, el cansancio acumulado y un ajetreado día de aeropuertos y aviones, comenzará a cimentarse el próximo finalista de la Adecco Oro, a quien el Burgos espera ya en la final.
Así las cosas, el Socas Canarias buscará este domingo la hazaña, rememorar otras hombradas de su pasado reciente, como la serie que ya le levantó al Bruesa Guipúzcoa en la LEB II, durante el curso 2004/05, cuando los aurinegros remontaron un 1-2 en contra ante un rival con unas circunstancias muy similares a las de este Menorca: un equipo hecho para subir sí o sí y con una batería de recursos casi imbatible.
Conscientes de las muchas virtudes de su rival, de su larga retahíla de jugadores determinantes y de su inmenso potencial físico, los aurinegros jugarán ante las 5.000 gargantas de Bintaufa las bazas de una plantilla, la suya, que se ha exprimido esta temporada al máximo para superar cualquier adversidad, como la ausencia por lesión en casi todas las series de Jaime Heras, uno de sus jugadores franquicias.
Más allá de sus razones más conocidas y mediáticas (los Guillén, Jakim y compañía), lo cierto es que el paso adelante que ha dado Dan Cage; el buen hacer de Iker Urreizti cuyos números han mejorado incluso sus prestaciones de la última década; la determinación de Quique Garrido, un novato hasta este curso en estas lides, que ha crecido y mucho este año; y otros muchos argumentos forjados desde el trabajo colectivo y nacidos de una fe inquebrantable, invitan a seguir creyendo en el grupo de Martínez y en el sueño del Socas Canarias.
Un sueño, por cierto, con pies de plomo, diseñado desde la coherencia y que también, igual que el Menorca, no sólo tiene detrás a una Isla entera, sino que pone de manifiesto que el club tinerfeño, pase lo que pase este domingo, ha aprovechado este año para seguir creciendo en todos los aspectos y acercarse un poquito más al sitio que se merece en la élite del baloncesto español. Sea este curso o no cuando retorne a lo más alto, el Canarias sigue creciendo, sigue haciendo historia y está más vivo que nunca.