Paciencia, divina virtud
sábado, 22 enero, 2011 - 12:01
La victoria canarista se explica a partir de un nuevo acto de compromiso del bloque: hasta seis jugadores hicieron dobles dígitos en anotación y valoración. Un bloque que además defendió a un nivel extraordinario y eclipsó las virtudes de un rival que no pudo nunca realizar su juego. La clase de Richi Guillén, los triples de Albert Sàbat, la oportuna aparición de jugadores como Chagoyen y Yáñez y el partido más que notable de Mike Gansey decantaron la balanza del lado canarista.
El partido nació igualado, aunque en los primeros minutos un par de tapones espectaculares de Richotti y Guillén mandaron el primer aviso a navegantes a propósito de las intenciones canaristas de recuperar la fortaleza del Santiago Martín. No fue hasta el segundo cuarto cuando los tinerfeños dieron el primer puñetazo sobre la mesa con un 11-0 de parcial que les permitió irse al descanso con una renta de +12 (41-29).
Dos técnicas al entrenador visitante Carlos Frade y al escolta Sebas Arrocha, que protestaron airadamente la no señalización de una falta en una jugada defensiva en la que los aurinegros agotaron los 24 segundos de posesión del rival; y dos triples posteriores de Sàbat, abrieron la primera brecha significativa. Con Gansey oportunísimo en el rebote ofensivo al tiempo que ejercía de secante de Sebas Arrocha, quien apenas tuvo tiros liberados, Sàbat muy fino desde el 6,75 (3/4 al descanso) y Palacios anulado (-2 al receso), el Socas Canarias comenzaba a acumular méritos de sobra para llevarse la victoria.
Los palmeros, que buscaron siempre el dos contra uno sobre el base local, lo intentaron en el tercer cuarto con una zona rota primero por Chagoyen y luego por Yáñez. Sin embargo, un par de ataques tontos de los anfitriones redujo ligeramente la renta al cierre del tercer cuarto (60-50), si bien un triple de Gansey a la vuelta de la pausa encarriló otra vez las cosas.
Fue entonces cuando la paciencia de los canaristas obtuvo su mayor recompensa. Yáñez comenzó a anotar con facilidad, Flemings aprovechaba su explosividad en el poste bajo y los exteriores visitantes seguían maniatados ante el buen trabajo defensivo de un Socas Canarias que se llevaba justamente la victoria, en medio de un ambientazo tremendo, gracias al colorido de ambas aficiones. Las dos hinchadas intercambiaron incluso cánticos de apoyo una vez finalizado un encuentro que por encima de todo fue una fiesta del baloncesto canario.
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