El representativo enseña los dientes
viernes, 25 febrero, 2011 - 11:02El Isla de Tenerife Socas Canarias tiró este viernes noche de su mejor libreto para firmar una victoria de calidad en su visita al Lobe Huesca (85-101). El conjunto de Alejandro Martínez se desquita así del mazazo sufrido en la primera vuelta ante los oscenses y, lo más importante: confirma el excelente momento de un grupo que sigue armándose de credibilidad tras un partido con muchas lecturas positivas.
Lejos de caer en los mismos errores que en el 91-112 del Santiago Martín, el conjunto tinerfeño supo reponerse a un mal inicio para levantar una desventaja de 14 puntos (29-15, 8), leer el encuentro con la madurez y paciencia necesaria y darle un vuelco al guión inicial a base de oficio, mucha cabeza y un recital desde el 6,75 (8/11 al descanso y 13/25 al cierre).
Los 124 créditos de valoración del cuadro aurinegro, con seis jugadores en dobles dígitos en anotación, confirman el buen hacer de un colectivo que sigue creciendo de la mejor manera posible: en bloque y dando siempre un paso al frente desde el mayor de los compromisos. La victoria de este viernes sitúa además a los tinerfeños en el séptimo puesto de la clasificación y consolida su condición de firme opositor a jugar las series finales.
La exhibición de la pareja de interiores formada por Guillén y Chagoyen (71 de valoración entre los dos); los buenos minutos de Jaime Heras; los arreones clave de Sábat y Yáñez en el tercer y último cuarto para frustrar sendos amagos de reacción de los locales; la sabia lectura del partido de Urreizti en la transición del primer al segundo cuarto, en plena remontada canarista; e, incluso, la rentable aparición de Gansey en el tercer cuarto camino de la ruptura definitiva, explican un triunfo de mucho mérito.
Y eso que el partido nació cuesta arriba y se disparató en apenas un par de minutos. La versatilidad del francés Yango, la inspiración ofensiva de Bonds (ocho puntos en solo cinco minutos) y las situaciones de superioridad física al poste bajo del propio Bonds y Zengotitabengoa hicieron temer en la repetición del guión de la primera vuelta: 29-15, 8. Sin embargo, en esta ocasión, el Socas Canarias tiró de oficio para ganar la batalla táctica y cambiar la historia.
Los canaristas fueron al intercambio de golpes, y ya metidos en un partido netamente ofensivo, tiraron de manual y no repararon en contemplaciones. La salida a cancha de Heras, por fin recuperando sensaciones tras su calvario de lesiones; la decisión de Guillén y dos triples consecutivos del propio Heras y de Chagoyen cimentaron un parcial de 0-8 (29-23, 9) en un abrir y cerrar de ojos, sólo empañado por un 2+1 de Stevie Johnson antes del cierre del primer cuarto (34-25, 10).
Chago, de lujo
Sin embargo, la reacción aurinegra estaba ya lanzada. Con su segunda unidad en pista, los de Martínez demostraron tener más recursos que su rival. Urreizti explotó con inteligencia los balones interiores y un Chagoyen inmenso encarriló un nuevo arreón (0-9). Sólo Zengotitabengoa parecía en condiciones de frenar el vendaval visitante (36-37, 13), insuficiente en cualquier caso para contrarrestar la contundencia con la que Chago y Richi se convertían en los dueños y señores de la zona en ambos tableros.
Una canasta tras robo de Gansey, dos puntos de Nico y un oportuno triple del propio Mike (44-48) comenzaron a resquebrajar el partido con los aurinegros bordándole desde el 6,75: 52-58, tras dos aciertos de tres de Sàbat y Heras para irse al receso. Un 2-7 a la vuelta de vestuarios no hizo más que confirmarle al Lobe Huesca que el Canarias ya estaba lanzado. Con Albert Sàbat al frente de las operaciones y los interiores hurgando en la herida aragonesa en la pintura, dos triples de Nacho y Chago terminaron de minar la moral de los locales (66-82, 28).
A partir de ahí, ya casi no hubo más historia. Apenas un arranque de orgullo verdillo (81-87), eclipsado sin embargo por ocho puntos casi consecutivos de un Nacho Yáñez empeñado en seguir desmintiendo sobre la cancha los años que aparecen en su DNI; y minimizado por varias acciones de mérito de un Richi Guillén que incluso fue despedido entre aplausos por la entendida afición oscense.
Al final, triunfo de mucho mérito para un equipo, el aurinegro, que en una temporada marcada por mil y un contratiempos ha decidido enseñar los dientes para ir encajando poco a poco las piezas de su ilusionante puzzle, donde a poco que sigan soldándose las aristas básicas del proyecto (equipo, afición, sensatez y sacrificio) seguirán llegando más alegrías.
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