Licencia para soñar
jueves, 3 marzo, 2011 - 12:03
En una temporada marcada por mil y un contratiempos, el conjunto aurinegro ha conseguido sobreponerse a las adversidades con un notable poder de reacción ante cada uno de les escollos surgidos por el camino para encarar ahora la recta final de la fase regular con la mejor disposición posible. El equipo tinerfeño mira por fin hacia arriba con la tranquilidad de haber hecho los deberes de la salvación.
Con la sensatez de siempre (Martínez ya advirtió en rueda de prensa que los pies no deben despegarse del suelo ni un milímetro) y con su mejor seña de indentidad, la fortaleza de su bloque, el conjunto canarista dio esta vez buena cuenta del Cáceres Creativa en un nuevo recital de su perímetro. Por ahí, por el acierto exterior se rompió el partido de entrada, gracias en parte a un Albert Sàbat en estado de gracia.
Cuatro triples sin fallo del base catalán, uno más de Richotti y otro de Gansey resquebrajaron el encuentro en los primeros minutos (31-17, 10) por mucho que el equipo extremeño intentara aprovechar el poderío interior de su pareja de ex NBA, Ryan Humphrey y Jelani Mc Coy, para tratar de equilibrar la balanza. Con el Canarias sumando de tres en tres, el Cáceres bastante hacía con sacudirse el vendaval aurinegro a base de balones interiores a su dúo de americanos.
Un 0-6 al principio del segundo cuarto disimuló la herida, pero el equipo tinerfeño no estaba dispuesto ya a ceder el mando de las operaciones (52-40, 20). Los canaristas jugaron sus bazas con cabeza y siguieron explotando su buen porcentaje desde más allá de la línea del 6,75 (11/18 al descanso y 18/34 al final) para abortar cualquier amago de remontada visitante.
Ni siquiera el despertar de Francis Sánchez a la vuelta del receso, con diez puntos casi consecutivos; ni la calidad de Carlos Cherry cambiaron el guión del partido. Y no lo hicieron porque el Canarias exprimió cada una de sus posesiones siempre con acierto. Con el grifo de las pérdidas controlado (sólo ocho balones perdidos al final del encuentro) y el don de la oportunidad cada vez que su rival se acercaba en el electrónico para responder con un bofetón de efectividad, el grupo de Martínez terminó por minar de impedimentos las intenciones extremeñas.
Un 66-60, respondido con un triple de Guillén; y un 77-70, seguido de otro acierto local al borde de la posesión, fueron los amagos con más fundamento de los verdinegros. De resto, la clase de Richi, que leyó el partido a las mil maravillas (valoraba 2 al descanso y acabó con 28); las penetraciones de Nico Richotti; los minutos más que aceptables del debutante Fotis Lampropoulos, consistente atrás y listo en el rebote ofensivo; el oficio de Chagoyen; la defensa de Heras sobre Francis y el martillo pilón de los triples de un Sàbat infalible, acabaron por encarrilar una nueva victoria aurinegra y desatar la euforia de la grada.
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