El Isla de Tenerife Socas Canarias cae en Pamplona en el último suspiro (72-69)
domingo, 6 marzo, 2011 - 01:03Tres triples en contra en el último minuto y 40 segundos de partido, el último de ellos sobre la bocina, privaron al Isla de Tenerife Socas Canarias de llevarse la victoria en su visita matinal de este domingo al Grupo Iruña Navarra (72-69), en un choque muy duro e intenso donde los tinerfeños vieron truncada su reciente racha de tres triunfos consecutivos, pese a acumular argumentos para no venirse de vacío a la Isla.
La moneda salió cruz esta vez para los aurinegros, que fueron de menos a más y rozaron una nueva alegría a domicilio tras ir por debajo en el marcador hasta el minuto 28, con desventajas incluso de nueve puntos en varias ocasiones. Lejos de venirse abajo, los canarios no cedieron en su empeño y encontraron su mejor versión tras el receso para acumular razones suficientes para ganar.
El caso es que toda la mejoría aurinegra se vino al traste en un epílogo de infarto donde los pupilos de Ángel Jareño sentenciaron desde el 6,75 con tres canastas letales. Hasta ese momento, el choque, que nació muy fallón y con demasiadas imprecisiones, vivió varios capítulos, con intercambio continuo de virtudes y deméritos por parte de ambos equipos.
Los anfitriones amagaron la ruptura en varias ocasiones. La primera, mediado el primero cuarto, con seis puntos consecutivos de Jason Blair y un parcial de 9-0 (16-7, 6), que sin embargo el Isla de Tenerife Socas Canarias supo enmendar con un parcial idéntico (0-9, 16-16), gracias sobre todo a la aportación de Richi Guillén (nueve puntos sin fallo, cinco rebotes, un tapón y un robo al cierre del primer cuarto).
El buen hacer desde el perímetro, primero de Narros y luego de Bas, permitió a los locales disfrutar de sus mejores minutos y poner tierra de por medio en el electrónico en varios momentos previos al receso (31-22, 33-24, 35-26). Con el Socas Canarias espeso en ataque y con problemas de faltas (Chagoyen se puso con tres en el minuto 16 y Fotis con dos al poco de iniciarse el segundo cuarto), la salida a pista de Víctor Serrano, autor de seis puntos casi consecutivos, y un par de acciones de Sàbat y Heras, permitieron neutralizar los arreones del Navarra y llegar vivos al descanso (39-34, 20).
Dato meritorio, sobre todo teniendo en cuenta que Richi Guillén tuvo incluso que retirarse al vestuario para pincharse por un golpe en la cadera. Así las cosas y pese a lo negro que a llegó a ponerse el panorama, el representativo tiró de orgullo para seguir en la pomada.
Tras la pausa, el grupo de Alejandro Martínez fue metiéndose progresivamente en el partido. El mal día de Sàbat en el tiro fue compensado con el acierto en la dirección de Urreizti; Guillén, ya infiltrado, y Lampropoulos se hicieron fuertes bajo el tablero para ir decantando del lado canarista la batalla del rebote; y el grupo dio un paso significativo al frente en defensa.
Por ahí, el Socas Canarias se fue haciendo respetar. Cinco puntos de Fotis casi seguidos y un triple de Guillén pusieron al equipo tinerfeño por primera vez por delante (45-46, 28). A partir de ahí fueron los aurinegros los que manejaron el ritmo del choque, coincidiendo con los mejores minutos de Nico Richotti, hasta entonces bien sujeto. Nueve puntos suyos ya en el último cuarto, la ayuda de Mike Gansey con un par de acciones de mérito en ataque y el oficio de Urreizti cambiaron del todo las tornas del choque.
Con tres pequeños en cancha, el Socas Canarias vivió sus mejores minutos, hasta el punto de que un acierto de Jaime Heras, cada vez más cerca de su mejor versión, pusieron un 63-67 en el electrónico a falta de 1:51 para el final, circunstancia que permitía a los insulares soñar con fundamento en el triunfo. Sin embargo, los acontecimientos se precipitaron en contra en un desenlace donde el Navarra sentenció con tres fogonazos letales desde el 6,75.
Iñaki Sanz primero (66-67, a 1:40); Narros después para empatar tras una canasta de Richi Guillén (69-69 a 28 segundos del final); un posterior error en el triple de Albert Sàbat a nueve segundos del cierre y la canasta decisiva otra vez de Sanz sobre la bocina desataron la euforia de la afición local y le arrebataron de las manos el triunfo a los aurinegros.
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