El Canarias sigue vivo
miércoles, 4 mayo, 2011 - 10:05El Isla de Tenerife Socas Canarias no se rinde. El grupo de Alejandro Martínez tiró de casta, enmendó errores anteriores y aprovechó el abrigo de su afición para poner este miércoles noche el 2-1 en su eliminatoria ante el Girona (77-65) y salvar el primer match ball de la serie, tras un partido intenso que los tinerfeños encarrilaron en el primer acto y dejaron visto para sentencia a la vuelta de la pausa con un parcial de 20-9 en el tercer cuarto.
Subsanados los fallos en el rebote que tan caro le habían costado en los dos cruces de Fontajau, el representativo impuso su ley bajo tablero (40 rechaces frente a los 18 del rival), al tiempo que amplió su abanico de prestaciones en ataque y acabó el partido con hasta cinco jugadores en dobles dígitos de valoración. Lejos de sentir la presión del 2-0, el equipo insular manejó sus bazas con contundencia e intentó romper el choque de entrada (11-6, 17-11) surtiendo de balones interiores a un Guillén otra vez en dobles figuras (20+13 para 34 de valoración) y cerrando muy bien el rebote.
Igual que ocurriera en los precedentes más recientes, el Girona se amparó en el talento ofensivo de Nacho Ordín, letal en el tiro y en las penetraciones. La diferencia es que esta vez el base oscense no tuvo el respaldo de otros hombres clave en los esquemas de Ricard Casas. Con Pep Ortega muy bien defendido, Levi Rost intermitente y Mateo Kedzo discreto, el equipo catalán se quedó sin recursos para frenar a un Canarias más fluido.
El cuadro anfitrión amagó la ruptura con un 26-15 primero y luego con un 36-26 en el electrónico, pero dos técnicas y una posterior descalificante a Jaime Heras acercaron al Girona en el marcador, fruto de los libres de Ordín (36-30). Lejos de descentrarse, el conjunto aurinegro, herido en su orgullo, dio un paso al frente, jugó sus opciones con cabeza y alcanzó el descanso diez arriba (42-32). Y fue tras el receso, cuando los de Alejandro Martínez apretaron atrás para dar ya el arreón a la postre definitivo.
La clase de Guillén, el oficio de Yáñez y las penetraciones de un Richotti en su mejor versión lanzaron al Canarias hasta un 62-41 casi definitivo. A partir de ahí, el técnico local aprovechó para dosificar esfuerzos y dar descanso a los jugadores con más minutos en sus piernas. El Girona tuvo un tímido intento de reacción y se puso a nueve, pero el oficio de Chagoyen y un par de acciones bien jugadas por los locales le dieron ya el carpetazo definitivo al encuentro.
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