El Iberostar Socas Canarias mantiene su idilio con el basket ofensivo
sábado, 5 noviembre, 2011 - 12:11
El Iberostar Socas Canarias prolongó este viernes noche a siete su serie de victorias consecutivas, tras imponerse al Baloncesto León por 103-76 en otro brillante ejercicio ofensivo, cimentado en una primera parte casi de libro (56-34 y 74 de valoración) y en un nuevo festival colectivo, con cinco jugadores otra vez en dobles dígitos de anotación. El grupo de Alejandro Martínez superó de principio a fin a un rival, que recibió de entrada un bofetón de buen juego de los aurinegros y sólo atisbó cierta oposición mediado el tercer cuarto (75-64).
Apenas hubo historia, porque el equipo tinerfeño no quiso que la hubiera. El conjunto canarista sacó a relucir otra vez su rico repertorio atacante con una puesta en escena impecable. Con los anfitriones anotando casi sin interrupción posesión tras posesión, el León tardó en aterrizar en el Santiago Martín y cuando se dio cuenta de dónde estaba, los insulares le habían sacado ya prácticamente del partido. Un 15-6 de entrada obligó a Javier De Grado a pedir un tiempo muerto, pero la estampida local fue a más.
Con Guillén otra vez en su cúspide de excelencia (21 de valoración en cada parte para una nota final de 42), el Iberostar Socas Canarias siguió viendo el aro como una piscina camino de una victoria más holgada de lo previsto (26-10). Un partido más, los aurinegros tiraron de su variedad de recursos y apenas dejaron margen al error.
Bien sujetas las pérdidas, Heras y Yáñez anotaron en dos puertas atrás de libro, prueba evidente de lo bien que movía el balón el grupo de Martínez. Richotti y Rost se convirtieron en una amenaza constante, Jakim y Chago comenzaron a barrer los dos aros con contundencia y Fotis Lampropoulos disparó aún más el listón liderando a la supuesta segunda unidad.
El Canarias atacaba con fluidez y el griego encadenó una racha increíble sin fallo (7/7 al descanso), sentenciando los balones interiores y las penetraciones bien dobladas de sus compañeros. Ante esa dinámica, el equipo tinerfeño se fue al receso con ovación del respetable. Tras la pausa, el choque se enrareció por momentos. Los locales tuvieron un amago de relajación, el León apretó atrás lo que no había apretado en el primer acto y el partido se endureció. En esa tesitura,entre imprecisiones, el León trató de sacar partido y llegó a situarse a once puntos (75-64), pero su reacción se quedó en un espejismo.
Un 7-0 de parcial de los anfitriones devolvió el encuentro al redil canarista, ése en el que los pupilos de Alejandro Martínez se están mostrando intratables este año. No hubo más historia. No sirvieron de nada los 19 puntos de Quezada, ni los 17 de Durley, entre otras cosas, porque los leoneses se dieron de bruces con un equipo que volvió a ampararse en la contundencia y solidaridad de su colectivo (hasta 33 asistencias) para firmar su séptima victoria consecutiva, la mejor serie de su historia en la Adecco Oro.
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