El Iberostar Socas Canarias responde con firmeza a las exigencias de la liga
sábado, 3 diciembre, 2011 - 12:12
El Iberostar Socas Canarias mantiene un semana más el exigente ritmo que se ha autoimpuesto desde el arranque de la liga y continúa respondiendo con firmeza a los avatares de la competición. El equipo tinerfeño se impuso este viernes noche a un correoso Melilla (91-70), que le plantó cara en el primer cuarto de hora, pero que luego cayó víctima de una de esos arreones made in Canarias, uno de esos bofetones ofensivos en los que el grupo de Alejandro Martínez se muestra prácticamente intratable.
Un parcial de 16-0 camino del receso abrió una brecha a la postre definitiva (48-33) y permitió a los aurinegros encarrilar su décima victoria en doce jornadas para seguir en lo más alto de la tabla, igualado a méritos con el Lleida Básquet.
Pese a que el arranque de los canaristas no alcanzó la velocidad de crucero de otras veces, el conjunto insular tuvo la madurez y paciencia suficientes para sobrevivir a un inicio equilibrado y espinoso, por momentos espeso, para luego asestar un golpe letal a un rival, el melillense, que llegó incluso a mandar en el eléctrónico (5-9, 22-24) hasta casi el minuto 15.
Sin embargo, un triple de Nacho Yáñez y un mate de Fotis Lampropoulos tras robo despertaron a la bestia aurinegra. De nada sirvieron los dos tiempos muertos de Gonzalo García para evitar la estampida local. Dos triples de Albert Sábat y un espectacular 2+1 de Jakim Donaldson dispararon a los anfitriones en el electrónico (50-37, 20).
Con Devries bien sujeto por el sacrificio defensivo de Heras y Richotti, con Chagoyen barriendo el aro y el banquillo local respondiendo con puntos de calidad, el Melilla se vio impotente para aguantar el ritmo de los aurinegros. Tras el descanso, el choque transcurrió ya al son de los tinerfeños, que hicieron gala de su variedad de recursos para firmar un nuevo y meritorio ejercicio colectivo, donde ni siquiera se notó la ausencia de Rost en el último cuarto de hora a raíz de un golpe en la mano derecha.
Hasta seis jugadores canaristas acabaron en dobles dígitos de valoración, lo que hizo inútil cualquier amago de reacción visitante. Ni el buen hacer de Odiakosa ni el tardío despertar de DeVries, aún así por debajo de sus números de este año, le sirvieron a un Melilla ya frustrado. Con el partido en sus manos, los anfitriones disfrutaron de un plácido final y protagonizaron varias acciones que hicieron las delicias de la afición aurinegra en una nueva batalla ganado en el fortín del Santiago Martín.
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