El Iberostar Tenerife se lleva la victoria en un duelo de gladiadores
sábado, 15 diciembre, 2012 - 10:12
Una victoria de gladiadores. Costó lo suyo, pero el CB Canarias superó este sábado a un gran Blancos de Rueda Valladolid (74-68) en un triunfo amasado desde las trincheras. El equipo tinerfeño encadena por primera vez dos victorias consecutivas en lo que va de curso y sigue creciendo fuera de los puestos de descenso. Con la lección bien aprendida y las ideas claritas, el conjunto aurinegro sigue arañándole argumentos a su existencia en la categoría a base de fe y compromiso.
Otro gran ejercicio colectivo, con Jakim Donaldson y Levi Rost (50 de valoración entre los dos) como principal cabeza de lanza del sacrificio de todo el grupo, cimentó un triunfo sufrido ante un rival, el pucelano, que nunca le perdió la cara al partido y demostró de sobra que las seis victorias que figuran actualmente en su casillero no son, ni mucho menos, fruto de la casualidad. Un arranque más plácido de lo previsto pudo llevar a engaño al respetable, pero el Valladolid apretó el partido y llegó incluso con opciones de triunfo a la recta final (65-64, 38).
Los aurinegros salieron muy enchufados y amagaron con romper la contienda de entrada (7-0, 3). Dos triples de Levi Rost y uno de Saúl Blanco (15-4, 7) ponían contra las cuerdas al Blancos de Rueda en los compases iniciales. Sin embargo, lejos de bajar los brazos, el grupo de Roberto González respondió con un 0-10 de parcial (15-14, 9) para dejar bien claro que no venían de vacaciones a la Isla. Un robo y posterior mate de Biviá, más otro triple de un infalible Rost, daban oxígeno al Canarias (20-14, 10), que sin embargo acabaría sufriendo lo suyo de ahí en adelante.
El buen trabajo defensivo, la aparición de Tripkovic (10 puntos al descanso) y los centímetros de Sinanovic metieron del todo al Valladolid en el partido, mientras al conjunto local le costaba encadenar acciones de mérito. Lo hacía no obstante a base de fogonazos, con Jakim imponiendo su casta para robarle un par de rebotes ofensivos a la atalaya bosnia y con el acierto en los libres. El caso es que no acababa de bastarle a los de Alejandro Martínez, que encima sufrían una pegajosa defensa presionante en tres cuartos de pista, que desgastaba y mucho la salida del balón.
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El Blancos de Rueda tiró de piernas para entorpecer los ataques de los canaristas que llegaban uno abajo al receso (35-36, 20). Con el partido metido ya de lleno en pleno cuerpo a cuerpo, el conjunto tinerfeño tiró de resistencia, la que le hizo falta para contrarrestar los méritos del rival, zona incluida de por medio. El equipo canarista amagó la ruptura en la transición del tercer al último cuarto (63-50, 35) repartiendo responsabilidades y respondiendo con la misma dureza defensiva que su rival, pero el Valladolid se negaba a rendirse.
La versatilidad de OLeary y siete puntos seguidos de Grimau allanaron un parcial de 2-14 (65-64, 38), devolvieron el partido al alambre y propiciaron un epílogo de lo más intenso. En ese pulso por ver quién de los dos resistía más a los méritos del adversario, el Canarias jugó bien sus bazas y estuvo un peldaño por encima. Y eso que los visitantes se permitieron incluso el lujo de plantar cara desde la espectacularidad de un alley oop para la videoteca entre Renfroe y Hunter (68-66, 39).
Una canasta de media distancia de Jakim, un jugadón de Uriz para que finalizara Fotis bajo el aro, los libres de Rost y un robo providencial del alero de Michigan ya metidos en los últimos 30 segundos, con el Santiago Martín dando el empujón definitivo, acabaron por fin de sentenciar la batalla a favor de los canaristas. Una batalla sufrida, como se esperaba, y felizmente saldada desde el compromiso y la fe de los tinerfeños. Un pasito más para la permanencia. Un buen puñado de argumentos más para seguir ganándose el respeto de la liga.
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