El Iberostar Tenerife se hace fuerte desde el sufrimiento
sábado, 29 diciembre, 2012 - 10:12
Otra victoria de gladiadores. El Iberostar Tenerife firmó este sábado su quinta alegría del curso en otro acto de fe, forjado desde el oficio estilado en los momentos calientes y liderado por un estelar Jakim Donaldson (22+18 para 38 de valoración). El equipo tinerfeño superó a un correoso Assignia Manresa (81-78) en un duro pulso de resistencia sólo apto para valientes con nervios de acero.
Un 13-6 de los aurinegros en los últimos cinco minutos y un 6-0 clave en la transición del minuto 38 al 39 para ponerse 81-76 a falta de un minuto, con cuatro puntos oportunísimos de Ricardo Úriz, tumbaron a un equipo, el catalán, que opositó con argumentos al triunfo, sobre todo a partir del descaro de un perímetro sin complejos que llegó a rozar un porcentaje de escándalo desde más allá del 6.75: 12/20 en el minuto 35 (60 % de acierto).
No bastó sin embargo el buen hacer de De Vries o la versatilidad de Ramsdell, porque puestos a contrastar méritos, el Canarias tiró de inteligencia y oficio en los minutos determinantes. La calidad por ejemplo de Rost para generar pesadillas desde el poste bajo, la chispa y claridad de ideas saliendo desde el banquillo de Jesús Chagoyen o la tremenda intensidad de Jakim Donaldson para convertirse un partido más en el señor de los tableros acabaron pesando más que los argumentos visitantes.
No fue fácil la victoria canarista, entre otras cosas porque el Manresa manejó bien sus virtudes mientras pudo y no dejó nunca a los aurinegros imponer el ritmo que más le convenía. Lo dejó claro de entrada para responder con un 0-7 al 6-0 inicial del equipo tinerfeño y lo repitió en numerosas ocasiones mientras el partido crecía desde la igualdad (20-20, 9). Con Jakim rebañando todo lo que se movía en las dos zonas (14 rebotes en los dos primeros cuartos), el Canarias trataba de hacer sangre desde su superioridad en el rebote ofensivo: hasta once segundas opciones al descanso.
Pese a todo no bastaba eso para paliar la inspirada noche desde el perímetro de los De Vries, Arco, Hernández y compañía (44-42, 20). Y eso que Donaldson encontró, primero en Sekulic (siete puntos casi seguidos en el primer cuarto); y luego en Chagoyen (un toro saliendo desde el banco), a los escuderos perfectos para intentar tumbar a los manresanos.


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La valentía de Álex Hernández en la dirección y el despertar de Hanga tras la pausa para sumarse al festival exterior de los visitantes pusieron las cosas cuesta arriba para los canaristas (54-57, 29), que intentaban jugar sus bazas desde el juego que generaba Rost, bien al poste bajo sacando faltas y creando espacios o bien cuando el propio alero de Michigan sacaba punta a las virtudes de su muñeca (4/5 en triples).
El partido seguía creciendo en un duelo de iguales. Sekulic salió fresco desde el banquillo en los albores del último cuarto y rentalbilizó la labor de desgaste realizada en los minutos previos por sus compañeros contra los interiores catalanes para hacer verdadero daño camino del epílogo con 11 puntos casi seguidos, si bien el Manresa aprovechó precisamente una técnica al montenegrino para intentar forzar un punto de inflexión en el devenir de los acontecimientos: 68-72 (35), tras dos triples de Hanga y Ramsdell.
Fue ahí cuando surgió con más fuerza el deseo, la determinación y el oficio de los tinerfeños para decantar la balanza a su favor conforme llegaban los minutos calientes. Un triple de Rost para el 71-72, otra acción brillante de Blago en la pintura, un rebote de Jakim colgado del mismo cielo y cuatro puntos seguidos del interior de Pittsburgh desde el 4,60 prologaron el arreón definitivo de los aurinegros (75-74, 38) al son de una afición entregada y de lo más ruidosa, que acabaría llevando en volandas a su equipo.
Los libres de Ramsdell (75-76) fueron la única aportación vallesana cuando realmente se cocía la hora de la verdad. El Canarias firmó entonces un 6-0 clave, con cuatro puntos seguidos de Úriz (dos libres y un contraataque culminado con una bandeja valiente) para un 81-76 prácticamente definitivo.
Otra canasta de Ramsdell (81-78) alargó el sufrimiento del respetable e hizo albergar aún esperanzas a un Manresa que incluso dispuso de dos segundos y una última posesión para forzar la prórroga. Sin embargo, el triple de De Vries no entró y dinamitó ya del todo la algarabía de un Santiago Martín y de un Canarias que se siguen ganando el respeto de la liga con otra victoria espartana, labrada desde la fe y el compromiso.
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