El Iberostar Tenerife cae aferrado a sus principios tras poner en apuros al poderoso Barça
domingo, 10 marzo, 2013 - 03:03
Hay varias maneras de perder. El CB Canarias lo hizo este domingo fiel a sus principios. No le importó la entidad del rival, un Barça plagado de figuras; ni su tremenda racha a domicilio: doce salidas consecutivas ganando incluida la de hoy. El grupo de Alejandro Martínez vendió muy cara su derrota (81-89). Y lo hizo, como siempre: valiente, batallador, sin complejos y consciente de que no hay imposibles por delante cuando crees en lo que haces.
Con esa premisa grabada a fuego en su corazón y el aliento de un Santiago Martín lleno hasta la bandera, el equipo tinerfeño acarició la proeza ante un rival, el azulgrana, que se vio obligado a tirar de su mejor versión para romper la racha como anfitrión de los canaristas. El grupo de Xavi Pascual impidió la octava alegría consecutiva en casa de los tinerfeños, pero se volvió a la Ciudad Condal con la sensación de que a poco que se hubiera despistado no hubiera salido victorioso del recinto de Los Majuelos.
Acabaron decidiendo los detalles, dos triples de Huertas y una penetración suya clave cuando el partido enfilaba el cierre en el alambre. Esos detalles que convierten al Barça en uno de los trasatlánticos del basket europeo. El CB Canarias tuvo los arrestos de levantar un arranque cuesta arriba (0-8, 2) y de neutralizar varias desventajas por encima de los diez puntos. Incluso, cuando a cuatro minutos del final, los catalanes prácticamente subían los dos puntos a su casillero (68-79, 36).
Fuera cual fuera la adversidad, el conjunto aurinegro creyó siempre en la victoria, hasta que los citados fogonazos de clase de Marcelinho le dieron la puntilla, no sin antes ganarse el respeto de todos. Y eso que el partido nació realmente complejo para los intereses locales. El Barça plantó una zona de entrada y tiró de Mickeal y Tomic para abrir brecha. Sin embargo, el pertinente tiempo muerto de Martínez, la fe del público y un mate de escándalo de Sekulic ganando la línea de fondo dibujaron el guión de lo que quedaba por vivirse: si el Barça quería ganar en el Santiago Martín tendría que sudar sangre.


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Y así fue. El Canarias se fue a por el partido a tumba abierta. El propio Blago y la posterior salida de Fotis Lampropoulos le comieron la moral a los interiores visitantes. Los triples abiertos de Wallace y las penetraciones de Huertas permitían al Barça mantener el tipo, pero no de manera holgada. Es más, el equipo tinerfeño fue recuperando terreno en el electrónico hasta ponerse por delante (39-36., 41-38) e irse al receso uno arriba espoleado por los mejores minutos de Saúl Blanco (44-43, 20).
Tras la pausa, el Barça se vio obligado a buscar en su rica alforja de recursos. Su tremendo acierto desde el 6,75 (11/18) y el oficio de Jasikevicius le permitieron amagar con romper otra vez el partido (52-59, 58-65, 31). El caso es que el Canarias no estaba por la labor de rendirse fácilmente y peleó hasta el último balón (62-65, 32), apretando atrás, haciéndose fuerte bajo tablero y ganando la batalla del rebote. Incluso después de una jugada realmente frustrante, a raíz de una personal y posterior técnica a Jakim Donaldson, y un 3+1 de CJ Wallace casi a renglón seguido (68-79, 36), el Canarias tuvo el coraje de opositar otra vez al triunfo con argumentos.
El último aliento de los tinerfeños les puso 75-79 a falta de dos minutos, con el Santiago Martín vibrando como si le fuera la vida en ello. Fue ahí cuando decididó la clase de Marcelinho Huertas, con dos triples consecutivos y una penetración que acabó doblando para Lorbek (77-87). Ahí murió el último arreón canarista, pero no su sello. El sello de un equipo que ha decidido volver a la élite para quedarse. Para quedarse además viviendo fiel a sus principios, con una de esas filosofías que dignifican el baloncesto y permiten vivir partidazos como el de este domingo.
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