El Iberostar Tenerife pone el Palacio de los Deportes de Madrid patas arriba y hace historia
domingo, 17 marzo, 2013 - 10:03
Una gesta para la historia. El CB Canarias asaltó este domingo el Palacio de los Deportes de Madrid para ganar al líder incontestable de Liga Endesa. Sólo el Barça, y en el Palau, había sido capaz de tumbar este curso al Real Madrid en la competición doméstica. Sin Blagota Sekulic, lesionado en el calentamiento, y en un ejercicio milimetrado de constancia, el grupo de Alejandro Martínez hizo saltar los pronósticos con un acto colectivo de fe al alcance sólo de un equipo valiente e irreverente como el aurinegro.
Hasta seis jugadores en dobles dígitos de valoración y un trabajo impecable desde la dirección explican una machada que este domingo hacía feliz a una Isla entera: el Canarias se convierte en el primer equipo tinerfeño capaz de derrotar en un duelo oficial al potente Real Madrid en las muchas décadas de historia del baloncesto insular. La hazaña se explica a partir de la química de un grupo que sigue haciendo historia, fiel a una propuesta sin complejos y netamente ofensiva, la misma que continúa acumulando los piropos de la España cestista.
Por eso, no mermó la moral de los aurinegros el inoportuno percance en la rueda de calentamiento de Blagota Sekulic, uno de los hombres que más en forma llegaba a la cita de este domingo. Por eso, y porque los de Alejandro Martínez se bastaron con el juego interior de la LEB, el mismo que llevó a Tenerife hasta la élite el curso pasado con una temporada memorable. Un 2-9 de entrada, con Richi Guillén especialmente atinado (9+2 en el primer cuarto) y con Nico Richotti sacando petróleo de sus penetraciones, fueron la tarjeta de presentación del CB Canarias en el arranque.
El Real Madrid, sin Rudy Fernández (con molestias en la espalda) ni Rafael Hettsheimeir (con fiebre), no acababa de encontrarle la medida el encuentro y parecía incapaz de frenar la alegría ofensiva de los tinerfeños (8-16, 6). Sólo los triples de Sergio Llull y la perseverancia de Felipe Reyes evitaban la estampida canarista (14-20, 8). Lejos de convertir la gallardía de los instantes iniciales en un espejismo, el CB Canarias mantuvo el tipo conforme avanzaban los minutos (19-26, 10). Con varios de los principales estiletes del equipo blanco, los Mirotic y compañía, eclipsados por la defensa aurinegra, sólo la determinación de Sergio Rodríguez metía al Real Madrid en el partido (31-30).
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En esa dinámica, el encuentro llegaba a la pausa con un lógico 45-40. El caso es que el CB Canarias volvió a salir respondón, firmó un parcial de 3-12 a la salida de vestuarios (48-52, 26, tras triple de Ricardo Úriz) y llevó el partido a un valiente cara a cara. Lo que para muchos puede resultar una osadía a tenor del trasatlántico que tenía delante, para el grupo de Martínez no es más que el fiel reflejo de su habitual propuesta irreverente. Es, en esa continua osadía, para bien o para mal, en la que el Canarias sueña o muere. Con resultados positivos o negativos, pero siempre leal a su sello inconfundible.
Y esta vez tocó soñar. El inmenso trabajo de Chago y Fotis para ganar la batalla de los tableros y un triple sobre la bocina de Biviá antes del cierre del tercer cuarto (62-65, 30), invitaron a enfilar el epílogo de la contienda con argumentos para la sorpresa. El tenaz planteamiento de los aurinegros, que llevaron el partido a su territorio para minar de trampas tácticas el quehacer de su adversario, acabó desquiciando a los blancos, especialmente a su técnico Pablo Laso, que era descalificado por una doble técnica al poco de iniciarse el último cuarto (62-69, 32).
Una canasta de Chagoyen y otro triple de Biviá tras los libres de Blanco a raíz de la citada técnica sembraron el pánico en el Palacio (62-74, 33). Fue entonces cuando apareció la figura de Jaycee Carroll, que se echó a su equipo a la espalda para anotar once puntos consecutivos. Los fantamas de la primera vuelta, cuando el Canarias tenía también contra las cuerdas a los madridistas, y perdían una renta similar en apenas dos minutos, merodearon el epílogo, pero el grupo de Martínez se encargó de apartarlos de una bofetada.
Un triple de Rost (70-80, 34), la sobriedad en la dirección de Úriz, la determinación de Blanco para asumir los balones calientes y la paciencia del colectivo para mover con fluidez el balón en busca de la mejor opción, lanzaron a los aurinegros hacia la gloria, por mucho que el Real Madrid amagara con la reacción (75-80, 36). Una canasta de Jakim, dos de Blanco, un robo oportunísimo del asturiano y los libres de Rost, hicieron realidad el sueño de una Isla entera y confirmaron la machada canarista hasta el 83-96 definitivo. Un resultado para la historia.
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-- Foto de portada (twitter de Nico Richotti): Los jugadores canaristas festejan el triunfo desde las entrañas del vestuario.