El día que Alex Stivrins eclipsó a ‘Iceman’ Gervin
miércoles, 24 abril, 2013 - 09:04
Los antecedentes de los Manresa-CB Canarias recogen un episodio especialmente significativo, uno de ésos que vale la pena contar y que han pasado a los anales de la Liga Endesa. Ocurrió el 20 de enero de 1990 y coincidió con el debut en España de George Iceman Gervin, un mito de la NBA que aterrizó en el viejo Congost con el consecuente terremoto mediático.
Apenas había pasado un mes del mazazo que había supuesto la muerte de Fernando Martín en un accidente de tráfico y la ACB vivía el año I después de la marcha de Drazen Petrovic a la NBA ansiosa de figuras que incrementarán aún más el prestigio de la liga para mantener vivo su boom ochentero, el misma que había aprovechado la medalla de plata de España en Los Angeles 84 de trampolín para llevar al baloncesto hasta la planta noble del deporte español.
Y Gervin cumplía con el perfil soñado. Pese a llegar al TDK Manresa en la etapa final de su carrera, ya con 37 años, el suyo, títulos y méritos en mano, suponía el currículum más abrumador que jamás había pasado por la categoría. Miembro del Hall of fame de la NBA, cuatro veces máximo anotador de la mejor liga del Mundo, algo sólo al alcance de Michael Jordan o Wilt Chamberlein, nueve veces All Star y siete veces incluido en el mejor quinteto de la NBA, Gervin provocó un revuelo tremendo con su llegada aquel mes de enero de 1990.
Iceman debutó precisamente en un duelo contra el CB Canarias, entonces CajaCanarias, con todos los focos mediáticos pendientes de su indudable clase y pasmosa facilidad anotadora. El caso es que el protagonista de aquel partido acabó siendo un jugador aurinegro, el ala pívot Alex Stivrins. El zurdo de Nebraska terminaría eclipsando al mismísimo Gervin en un pulso estelar para la historia.
George iba camino de justificar las expectativas con 23 puntos al descanso, pero fue Stivrins el que terminó llevando al equipo tinerfeño hasta la victoria (79-92). Limitado físicamente y mermado por su precoz cuarta personal al poco de iniciarse la segunda mitad, Gervin y el TDK cedieron ante la pizarra del entonces técnico canarista Jaume Ventura, que aquel día le ganaría la partida al entrenador manresano, el portorriqueño Flor Meléndez, más adelante sustituido por un joven Ricard Casas.
El Canarias se plantó en una zona 1-3-1 y declinó la balanza a su favor. Iceman acabó el partido con 31 puntos, por los 32 de Stivrins, quien a pesar de sufrir de entrada la clase de Gervin, acabaría firmando un partido casi impecable: 9/13 en tiros de dos, 14/17 en libres, siete rebotes, dos asistencias y ocho recuperaciones en 40 minutos. El trío formado por Germán González (19 puntos), Ken Jhonson (18+12) y Jordi Freixanet (16) daba la puntilla a los catalanes.
Gervin acabaría marcando época en el viejo Congost, promediando más de 25 puntos por partido en lo que restó por jugarse de aquella temporada y siendo clave en la posterior salvación del equipo rojiblanco.
Alex Stivrins: Gervin parecía imparable en la primera mitad
Treinta y tres años después, Alex Stivrins, afincado ahora en Phoenix, donde ejerce de inversor en una importante compañía de finanzas, recuerda aquel partido con nitidez y emoción. La verdad, apunta, es que me acuerdo del entusiasmo que generó aquel encuentro por el debut de Gervin. El ex jugador aurinegro recuerda además lo mucho que apretaba el público catalán en la vieja caldera del Congost.
La cancha era muy caliente y hubo un momento, en la segunda mitad, que incluso amagamos con encararnos con algunos aficionados que metían demasiada presión a nuestro entrenador desde la banda. Estaban muy encima de la pista y casi saltaron chispas, pero el propio Jaume nos detuvo. Nos dijo que él ya había dirigido allí, que aquello era normal y que los seguidores eran amigos suyos, sólo defendían a su equipo, destaca Stivrins.
El ex interior canarista habla también de cómo el equipo tinerfeño se sobrepuso al duro ambiente en contra y a la clase de Iceman para terminar llevándose la victoria. George, apunta, parecía imparable durante la primera mitad, pero conforme avanzó el partido fue acusando el cansancio y las faltas personales. El Canarias fue capaz de imponer su estilo. Fue una gran victoria, sentencia.
Me acuerdo mucho de Tenerife
Desde la distancia, Stivrins tiene además palabras de elogio para el actual proyecto canarista y recuerda con nostalgia su etapa en la Isla, donde también militó en el extinto Ten Sur. Me alegro mucho que hayan vuelto a la ACB, dice. La Isla y la afición se lo merecen. Me divertí mucho en mi etapa en Tenerife. Recuerdo sus playas y lo bien que se comía allí. Me apasionaba ir a Los Cristianos y a Las Américas, en el Sur, o al Puerto de la Cruz, en el Norte, añade.
A veces, todavía me entran unas ganas tremendas de volver a Adeje para comer aquel pollo con salsa picante, acompañado de una Dorada bien fría, explica Alex. O el pescado fresco, con un buen vino, en Los Abrigos. Era algo delicioso, concluye Stivrins, cuya estirpe sobre las canchas continúa ahora su hijo Lucas (foto adjunta). Todavía en etapa universitaria e internacional con las selecciones inferiores de Gran Bretaña, Stivrins ya ha escuchado de primera mano, entre las andanzas que le cuenta su padre, una con sabor a hazaña: el día que eclipsó al mito Iceman Gervin.