El Iberostar Tenerife acaricia la machada en su visita al Real Madrid
domingo, 2 marzo, 2014 - 02:03
El Iberostar Tenerife rozó la hazaña este mediodía al poner contra las cuerdas al líder invicto de la Liga Endesa, el todopoderoso Real Madrid (87-76) en un duelo que el reciente campeón de la Copa del Rey no fue capaz de resolver hasta los últimos minutos. El grupo de Alejandro Martínez dio la cara en el Palacio de los Deportes de Madrid y sólo cedió ante el arreón final (60-61, 32; 82-76, 39) de un equipo, el de Pablo Laso, que ha ganado 43 de sus últimos 44 partidos (sólo ha caído en Moscú ante el CSKA) y que aún no conoce la derrota en el torneo doméstico (21 victorias en 21 partidos) esta temporada.
Nunca hasta hoy había sufrido tanto este curso el conjunto blanco, que necesitó de la mejor versión de Sergio Rodríguez, Felipe Reyes y Sergio Llull para superar a un Iberostar Tenerife tremendamente serio, que hizo de su fe y de la fuerza del colectivo las mejores armas posibles para contrarrestar las adversidades. Las que les planteaba el inmenso arsenal de recursos que tenía delante y las que asomaron con el partido en marcha, incluida la lesión de Nico Richotti en el minuto 19 (sufre un esguince en el tobillo izquierdo, pendiente de las pruebas pertinentes).
A falta de repetir la machada del curso pasado, cuando ya ganó contra pronóstico en el Palacio, el equipo aurinegro se reencontró con sus mejores sensaciones, le ganó la batalla del rebote (39 rechaces frente a los 34 del rival) a las torres locales; acumuló argumentos para ser optimistas (Juanpi firmó su mejor partido de canarista, por ejemplo) y dejó claro algo que sigue grabado a fuego en su DNI: no hay contratiempo insuperable cuando se cree en lo que se hace. Y este Iberostar Tenerife cree a muerte en su filosofía de trabajo y en el camino que ha de seguir para lograr el objetivo de la permanencia.
Sólo así pudo este domingo opositar el equipo tinerfeño con razones de peso a la machada ante un rival teóricamente invencible. Una teoría que estuvo cerca de desmontarse en la práctica. Salieron sin complejos los insulares (0-4, 3), que amarraron muy bien el rebote de entrada y aprovecharon la determinación de Juanpi Gutiérrez y Nico Richotti (9 y 7 puntos en los primeros ocho minutos) para incomodar el inicio de partido de los anfitriones (16-16, 8). Tuvo que ser el lagunero Sergio Rodríguez el que desatascara el encuentro para el Real Madrid, incómodo en un duelo trampeado por los visitantes en cada acción, en cada esfuerzo, en un cúmulo de 40 partidos de un minuto que los canaristas pelearon como gladiadores.
Sólo las acciones de 2+1 (hasta cuatro en los primeros 15 minutos) mantenían a los blancos en la puja. Eso y la aparición estelar de su base tinerfeño, quién lideró un 9-0 de parcial para intentar romper el choque (35-29, 17) sin suerte antes del descanso. El buen hacer colectivo del Iberostar Tenerife impedía al líder de la liga jugar sus bazas a su antojo. Los puntos de Saúl Blanco saliendo desde el banquillo, otro arreón del Pipa (35-37) y un triple de Ricardo Úriz (38-40, 19) amargaban a los anfitriones, que se fueron al descanso sólo uno arriba gracias a un triple de Rodríguez (41-40, 20).
Lejos de ser un espejismo, el Iberostar Tenerife mantuvo el tipo a la vuelta del receso. Las manos rápidas de los aurinegros para forzar las pérdidas de su rival, su control del rebote, seis puntos seguidos de Sikma, el coraje de Chago y Fajardo en la pintura cuando Luke y Juanpi tuvieron que irse al banquillo por faltas; un triple valiente del capitán Heras y la solidaridad defensiva del bloque sembraron las dudas en un Palacio (54-59, 30) acostumbrado en los últimos tiempos a llegar a estas alturas del partido con la contienda resuelta con creces a favor de los suyos.
Sin embargo, no fue hasta el útimo cuarto cuando la parroquia madridista respiró tranquila y despejó cualquier fantasma relacionado con la machada aurinegra del curso pasado. Para eso, los de Pablo Laso endurecieron de manera tremenda sus acciones defensivas y recurrieron al oficio de Felipe Reyes, clave en un parcial de 11-2, para tomar las riendas del electrónico (65-61, 34) y encarar el epílogo por delante. Eso, la aparición de los dos Sergios (Rodríguez y Llull) enterraron las opciones canaristas.
Aún así, los de Alejandro Martínez apuraron sus posibilidades (82-76, tras triple de Úriz a un minuto para el cierre) y se fueron al vestuario con la cabeza bien alta, después de haber firmado un gran partido en el escenario más complicado posible. Una buena dósis de sensaciones positivas que los aurinegros intentarán refrendar el próximo sábado, ya al abrigo de su afición, coincidiendo con la visita al Santiago Martín del Tuenti Móvil Estudiantes (19:00 horas, sin TV en directo).
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