El Iberostar Tenerife acaricia la salvación tras firmar un recital ofensivo en Valladolid
lunes, 28 abril, 2014 - 09:04
El Iberostar Tenerife acaricia la salvación. El equipo aurinegro sumó este lunes noche su undécima victoria de la temporada en su visita al colista Valladolid (91-103), tras darse un festín ofensivo ante un rival que salió respondón, pero que acabó cediendo ante el gran segundo acto de los tinerfeños. A cinco jornadas para el cierre de la competición doméstica, el grupo de Alejandro Martínez se sitúa a tiro de piedra de la permanencia matemática un curso más en la élite del basket español.
El conjunto insular logró por fin una justa recompensa a los esfuerzos sin premio que venía acumulando desde hace muchas jornadas, cuando se les escaparon de las manos varios partidos peleados hasta el último suspiro. Los aurinegros se sobrepusieron a una notable puesta en escena de los pucelanos, que amparados en su estado de gracia desde el perímetro (7/10 en triples en el minuto 12), propusieron un partido descarado y a tumba abierta (21-13, 40-32).
Pero, en esa tesitura, en el cuerpo a cuerpo sin miedo ni complejos, en pleno pulso de irreverentes, pudo más el talento ofensivo de los canaristas, que fueron a más conforme avanzó el partido, liderados por un inmenso Luke Sikma, dueño y señor de los tableros, y muy bien secundado por las mejores versiones de Carles Biviá y Daniel Kickert. Sin embargo, antes de llegar a ese punto álgido en el que tan cómodo se encuentra el Canarias, hubo que bregar y mucho.
El grupo de Martínez se vio obligado a fajarse de lo lindo para detener a un Valladolid que, pese a su condición de colista, puso de entrada sobre el parqué las señales de mejoría evidenciadas en las últimas jornadas. El buen hacer de Iván Martínez y Drenovac, primero (21-13, 6); y un gran segundo cuarto del serbio Andjusic, con siete puntos consecutivos (40-32, 14), eclipsaron el brillante inicio de la pareja de exteriores insular formada por Nico Richotti y Levi Rost.
Ahí, con el partido cuesta arriba, el Iberostar Tenerife se enfangó para evitar la estampida de los locales. El oficio de Chagoyen y Fajardo para cerrar el rebote, un par de 2+1 del propio icodense y de Sikma; y los triples de Rost y English, le dieron un revolcón al guión para cimentar un 2-11 de parcial y poner por primera vez a los canaristas por delante (42-43, 16).
Ya con el partido más sujeto, fue cuando irrumpió la mejor versión aurinegra. El grupo de Martínez hizo un 0-6 a la vuelta de la pausa con Sikma haciéndose cada vez más grande en la pintura. Fue el chispazo para que los tinerfeños despegaran por fin y dejaran su verdadero sello en Pisuerga, ése que habla de un juego alegre y por momentos imparables. Con el de Seattle dando un recital de tapones, las virtudes del Canarias afloraron de manera incesante conforme avanzaron los minutos, reaparición incluida de Saúl Blanco.
La mejor versión de Carles Biviá en la dirección y un cada vez más determinante Daniel Kickert rompieron el partido para los visitantes (57-72, tras un 11-24 en el tercer cuarto) ante un Valladolid que poco pudo hacer ya, salvo ampararse en la inspiración de su base Armon Johnson y en los chispazos de Omari Johnson, prácticamente únicos argumentos ofensivos de los de Ricard Casas, para paliar el vendaval de un equipo, el aurinegro, que se fue hasta los 140 de valoración.
El acierto desde el 4,60 y los triples de Kickert y Richotti en los últimos coletazos del encuentro terminaron de allanar el camino de los canaristas. Llegó así la undécima y ansiada victoria del Iberostar Tenerife, que se dio por fin esa alegría por la que tanto había opositado en las últimas fechas y que tanto se le había resistido.
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