El Iberostar Tenerife ‘asalta’ el Gran Canaria Arena
domingo, 29 abril, 2018 - 02:04El duelo de rivalidad regional volvió a teñirse de aurinegro. El Iberostar Tenerife 'asaltó' este mediodía el Gran Canaria Arena para llevarse una victoria muy importante, gracias a un gran ejercicio coral, labrado desde la defensa y apuntalado en un último arreón de carácter (68-76). El conjunto canarista suma así su decimosexta alegría del curso y escala hasta el octavo puesto de la tabla, constatando que la ilusión de jugar las series finales sigue más viva que nunca.
Hasta cinco jugadores en dobles dígitos de valoración y la solidez como bloque para sobrevivir a los momentos más delicados del choque, que los hubo; sobre todo, cuando los locales llegaron a remontar una desventaja de 15 puntos (29-44) y situarse dos arriba (62-60), explican en parte el meritorio triunfo de hoy de los tinerfeños, cuyo meticuloso entramado defensivo dejó a los anfitriones en solo 29 puntos al receso.
Por ahí, desde el buen hacer en la retaguardia, con una defensa de cambios, donde todos dieron un paso al frente y nadie escatimó esfuerzos, comenzó a rumiarse el triunfo del Iberostar Tenerife. El grupo de Fotis Katsikaris propició que su rival se frustrara preso de varias cortocircuitos en ataque, cuando suele ser un equipo muy alegre en esas lides, especialmente en su cancha. Apenas una canasta de dos encajada durante todo el primer cuarto (un mate tras robo de Pablo Aguilar) certifica la buena puesta en escena del Canarias.
El Granca solo sumaba desde el triple, con Markus Eriksson como protagonista (6-5, 11-10), insuficiente para contrarrestar el buen hacer de un rival, el aurinegro, que aprovechó la capacidad de Josh Akognon para anotar y generar juego. Con los locales cometiendo más pérdidas de la cuenta (seis en los primeros diez minutos), el Iberostar Tenerife llevó el desafío a su terreno y comenzó a gozar de rentas significativas: 15-25, tras cinco puntos consecutivos de Tim Abromaitis.
Ni los intentos de entrada por surtir de balones a Eulis Báez para forzar las faltas del propio Tim y hacer mella en la posición de cuatro (sin Rosco Allen, lesionado, no hizo falta precipitar el debut del rookie Tai Odiase, recién llegado); ni la dirección de Radicevic, titular en lugar de Albert Oliver; tuvieron la recompensa que pretendía el Herbalife. Al contrario, fue el Iberostar Tenerife el que impuso su ley desde la fortaleza del bloque.
La irrupción de un Fran Vázquez contundente en varias facetas, luciéndose con un mate de videoteca y repartiendo juego de manera inteligente (cuatro asistencias al descanso); y la buena circulación de balón de los canaristas, les disparó incluso hasta los 14 puntos de distancia, tras dos triples consecutivos de Abromaitis y Vasileiadis (23-37). Intentó el Granca darle la vuelta al guión, pero lo cierto es que un 0-5 a la vuelta de la pausa le puso el partido aún más cuesta arriba (29-44, min. 22).
Pese a su superioridad en el rebote, incluso con demasiadas segundas opciones, el Herbalife no se encontró del todo cómodo hasta bien entrada la segunda mitad. Amagó con una primera reacción con un parcial de 8-0 mediado el tercer cuarto (37-44) y con un posterior acercamiento (46-51), pero un triple de Ferrán Bassas volvió a dar aire a los visitantes (46-55, min. 30).
El Canarias lograba además estirar su ventaja hasta los once puntos (49-60, tras mate de Ponitka), pero el grupo de Luis Casimiro echó el resto para firmar un parcial de 13-0 cimentado en cinco puntos seguidos de Aguilar y en dos triples consecutivos de Oriol Paulí.
Fue ahí, justo cuando los amarillos habían tomado el mando en el eletrónico (62-60), cuando el Iberostar Tenerife tiró de carácter y, lejos de sucumbir a la presión de las circunstancias, se repuso con siete puntos consecutivos de Ponitka (64-67). El partido había vuelto al alambre y el Gran Canaria Arena empujaba lo suyo, pero el cuadro de Katsikaris mantuvo la calma y manejó sus opciones con cabeza, sin dejarse influir por la tensión del momento.
Un par de canastas cruciales de Javi Beirán (64-69 y 68-71) y el acierto de Kostas Vasileaidis desde el tiro libre, después de que las protestas de Oliver le costaran una técnica, allanaron ya del todo la victoria aurinegra y desataron la euforia entre los más de cien aficionados tinerfeños que se dejaron oir en todo momento desde la grada. Una victoria coral, una victoria de fe para seguir metidos de lleno en la pelea por las series finales a falta de cuatro jornadas para el cierre de la fase regular.
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