El Isla de Tenerife Socas Canarias se encuentra por fin a sí mismo
miércoles, 20 octubre, 2010 - 10:10Dos meses y diez partidos (seis amistosos y cuatro oficiales) después, el Canarias se encontró por fin a sí mismo. El Isla de Tenerife Socas Canarias se impuso este miércoles noche al Lleida (90-70) en un partido en el que le costó lo suyo desatascarse. El alivio fue máximo, más aún con los contratiempos físicos e infortunios acumulados desde la pretemporada. El grupo de Martínez se fajó para sumar una victoria sufrida durante casi media hora y que no se vislumbró como nítida hasta el ecuador del último cuarto.
La aportación del colectivo (cinco jugadores valoraron dobles dígitos), un acierto tremendo desde más allá del 6,75 (17/35 con hasta siete nombres propios de por medio) y el mayor temple de los tinerfeños en los momentos calientes para romper el encuentro a su favor, explican en parte el triunfo de un equipo, el aurinegro, que contó con el fiel respaldo de su hinchada en su primer partido oficial en el Santiago Martín. Ni siquiera el hecho de jugar entre semana mermó el aliento de la parroquia insular.
Y eso que el choque nació de nalgas, muy trabado, más de la cuenta. El Socas Canarias optó por sacar de entrada a Jaime Heras, casi inactivo desde los play off del curso pasado, e intentó jugar la baza sorpresa del tinerfeño para tirar de su temperamento desde el arranque. El caso es que los nervios aceleraron los primeros minutos de los anfitriones, circunstancia que aprovechó el Lleida para jugar más cómodo y mandar en el electrónico (24-31). El choque crecía espeso para los locales que no comenzaron a soltarse hasta las proximidades del intermedio (34-35, 20).
Dos triples consecutivos de Albert Sàbat a la vuelta del descanso (40-37) advirtieron de lo que estaba por llegar. Fue entonces cuando el Canarias comenzó a carburar por fin su estilo de juego, ése que le ha caracterizado toda la vida allí donde fuera; antaño en el Luther King, luego en el Ríos Tejera y ahora en el Santiago Martín. Cambian las canchas pero no la magia. Agresivo atrás e irreverente en ataque, el grupo de Martínez comenzó a marcar las distancias (71-58) para acabar dándose una alegría más deseada que nunca.
Los destellos de Richotti, un jugador que parece nacido para jugar con esta camiseta; el oficio de Chagoyen barriéndolo todo en los dos aros (13+11) y los arreones de clase de Jaime Heras, que se desquitaba por fin de varios meses de sufrimiento, allanaron la victoria canarista y dejaron varias conclusiones para el optimismo.
Las ganas de Koshwal, que sigue ganándole terreno a su adaptación al baloncesto FIBA o lo mucho y bueno que barrunta la aportación de Heras ejerciendo de base con Richotti de escudero explosivo en la posición de dos, fueron sólo algunas pinceladas de un grupo que por fin, si las lesiones le respetan, comienza a acercarse al ideal de equipo que bocetó en verano. Mientras avanza su proceso de construcción, los canaristas rascaron otro triunfo, de lo más trabajado pero de los que saben a gloria.
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