El Granca se lleva un derbi de lo más intenso
domingo, 4 noviembre, 2012 - 03:11
El CB Canarias se quedó otra vez con las ganas de inaugurar su casillero de victorias al ceder ante el Herbalife Gran Canaria (71-76) en un derbi de lo más intenso, que nació y creció en el alambre para decantarse del lado visitante. En medio de un intercambio de imprecisiones, marcado por la elevada humedad reinante, que por momentos convirtió la pista en un peligroso y resbaladizo escenario, el corazón de los aurinegros no bastó para derrotar a un Granca que se llevó la batalla del rebote (34 rechaces por 26 de los anfitriones) y fue más contundente en el dominio de los detalles.
Varios triples a finales de posesión, de ésos que duelen y mucho; una segunda parte inmensa de Spencer Nelson (12+5 tras el receso y la sensación de que se maneja como nadie cuanto más presión hay) y la calidad del perímetro amarillo, con Jon Scheyer en su mejor versión, tumbaron a un equipo, el Canarias, que dejó inconclusa su remontada en varias ocasiones. No tiró nunca la toalla el grupo de Alejandro Martínez, pero cada vez que amagó con darle la vuelta al guión, se topó con un acierto clave de los visitantes para sacar la cabeza y llevar el partido a su territorio.
Arrancó un tanto ansioso el equipo aurinegro, lo que aprovechó el Granca para coger la iniciativa (1-7, 4). El equipo tinerfeño equilibró la contienda con Carles Biviá llevando la batuta y Levi Rost firmando otra vez un gran inicio de partido (17 de valoración al descanso). Un triple de Lampropoulos sobre la bocina ponía a los canaristas al frente del marcador (20-17, 10) y por momentos el partido parecía coger color aurinegro (24-19, 19, tras canasta de Richotti). Fue entonces cuando Jon Scheyer sacó a pasear la buena reputación que le precede.
La que fuera figura de Duke asumió el mando de su equipo en una primera mitad prácticamente de libro (13 puntos sin fallo, incluido un 3/3 en triples y 19 de valoración). Sufría el Canarias entonces para frenar el arsenal de recursos de los visitantes, una vez que Toolson y Newley dejaron en anécdota los problemas iniciales de falta de los interiores grancanarios. El Granca cogía de nuevo la delantera en el tanteo (39-43, 20) y ya no la soltaría hasta el final.
Lo intentó el Canarias por todos los medios, incluso cuando más feas pintaban las cosas (52-61, 28). Tuvo arrestos el equipo tinerfeño para no tirar nunca la toalla, buscar la complicidad de su afición y tratar de darle la vuelta a la tortilla. Cinco puntos seguidos de Saúl Blanco y un contraataque acabado en alley oop por Fotis Lampropoulos, que venía de colocarle un señor gorro a Spencer Nelson, apretaron otra vez la contienda (59-61, 31) y dinamitaron la grada de un ruidoso Santiago Martín.
Pudo empatar el Canarias en un robo justo posterior del propio Fotis, pero el griego no pudo acabar en canasta y el Granca cogió aire. Las imprecisiones fueron en aumento y los resbalones mermaron la confianza de ambos bandos. Por ahí, fue el equipo de Pedro Martínez el que mejor manejó los detalles o, por lo menos, el que más oportuno estuvo cuando llegaron las jugadas determinantes.
Scheyer y Nelson fueron con inteligencia al tiro libre, Eulis Báez anotó una canasta clave tras rebote ofensivo y un triple desde más de siete metros de Newley con el reloj a puntito de los 24 segundos, devolvieron al Herbalife la tranquilidad en el marcador (59-69, 35), aunque no todavía de manera definitiva. Varias acciones meritorias de Blagota Sekulic pusieron otra vez el choque en el alambre (66-71, 38) para alimentar la esperanza de un Canarias que se negaba a hincar la rodilla.
No se rendían los aurinegros, espoleados por su público, pero acabarían muriendo en un querer y no perder, después de un triple providencial de Tomás Bellas desde la esquina que acabó ya de matar las posibilidades de los anfitriones para darle la victoria al Granca ante el regocijo de los más de 200 aficionados amarillos presentes en la grada. Una grada que estuvo siempre a la altura de las circunstancias, que vivió el clásico con pasión y despidió el derbi con un cariñoso intercambio de cánticos en una lección de civismo y hermanamiento de dos aficiones señoriales.
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-- Foto de portada (Ángel Pérez): Jakim Donaldson tira a canasta ante la oposición de Nelson.