Una victoria para la historia: el Iberostar Tenerife ‘asalta’ el fortín del Príncipe Felipe
domingo, 20 octubre, 2013 - 06:10
Un triunfo para la historia. El CB Canarias asaltó este domingo el Príncipe Felipe para enterrar más de treinta años de antecedentes negativos en el fortín del Ebro. El grupo de Alejandro Martínez hizo añicos su leyenda negra en la plaza maña, donde había perdido en todas sus visitas, tanto en la ACB (12 derrotas) como en la Adecco Oro (2), con un partido de libro en defensa y tremendamente serio, en el que siempre fue por delante en el marcador hasta el 60-66 definitivo.
Lejos de llorar las ausencias por lesión o dejarse intimidar por el potencial de un plantillón como el rojillo, el equipo tinerfeño se fajó atrás con una disciplina espartana (la aurinegra es la segunda mejor defensa de la liga tras dos jornadas) y exhibió ideas claras en ataque para sumar su segunda victoria en otras tantas jornadas en un inicio de liga ilusionante como pocos.
La tripleta formada por Ricardo Úriz, Saúl Blanco y Blagota Sekulic encabezó, números en mano (47 de valoración entre los tres), lo que en realidad fue una faena colectiva de fe y solidaridad. Solidaridad para tejer una defensa de ayudas que desquició por momentos al CAI Zaragoza, varias veces impotente al cierre de la posesión de los 24 segundos; solidaridad para buscar siempre la mejor opción del compañero en ataque y para crecerse desde el grupo a la presión del Príncipe Felipe.
Arrancó mandando el CB Canarias, otra vez con un inicio explosivo de Sekulic (6+4 para 10 de valoración sólo en el primer cuarto) y bajo la sabia batuta de Úriz, que aprovechó las anticipaciones y robos atrás para poner a correr al equipo (4-12, 8). No se encontró nunca cómodo el CAI Zaragoza, cuya pareja de interiores georgianos, en teoría una de sus mejores armas, se vio ecplipsada por el juego interior canarista (Sanikidze anotó su primera canasta en el 35 y Shermadini sólo metió seis puntos, cuatro de ellos en libres).
El grupo de Martínez estiró incluso su renta hasta los diez puntos (15-25, 16), hasta que irrumpió la clase de Pedro Llompart para estrechar el cerco (27-29, 20). El caso es que el CAI no encontró nunca su mejor versión, circunstancia en la que tuvo mucho que ver el gran trabajo defensivo de los aurinegros y la inteligencia de Alejandro para llevarse el duelo de pizarras. Serio atrás e irreverente en ataque, el Canarias salió otra vez con chispa a la vuelta de vestuarios y sembró el pánico en el Príncipe Felipe.
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El acierto en la dirección de Úriz, los puntos de Blanco, un par de asistencias de base de playground de Sikma y la omnipresencia de Sekulic en las dos zonas dispararon la ventaja visitante (29-44, 26) y obligaron a Abós a cambiar el guión y buscar el empuje de la grada para evitar la sorpresa. No hubo manera, ni siquiera con el tesón de Jones o la clase de Rudez. Incluso, con la segunda unidad en pista, el Canarias mantuvo el listón.
El equipo tinerfeño aguantó las embestidas locales amarrando bien las pérdidas, con los mejores minutos de un Diego Fajardo cada vez más integrado, los rebotes de Juanpi Gutiérrez y un par de chispazos de Carles Biviá en momentos determinantes (48-61, 36). Hubo calma incluso para suplir con esfuerzo defensivo las corbatas que le hizo el aro a varios tiros de Richotti, literalmente escupidos de dentro de manera inverosímil.
El argentino sacó manos atrás y aburrió a Stefansson y compañía. Igual que hicieron Blanco y Heras en la rotación exterior, multiplicándose en los intangibles. E igual que hicieron el resto de compañeros para crecerse desde el colectivo y abortar los últimos amagos de reacción local. El Canarias mataba el partido a su favor desde el 4,60 y terminaba de amasar un triunfo de prestigio. Un triunfo para la historia.
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