El Iberostar Tenerife no puede con un Barça muy superior
domingo, 23 febrero, 2014 - 09:02
El Iberostar Tenerife no pudo derrotar este domingo a un Barça superior, que definitivamente ha puesto velocidad de crucero a poco que ha olido los primeros títulos en litigio de la temporada. El reciente subcampeón de la Copa del Rey, invicto en el Top 16 de la Euroliga, dejó de manifiesto que tiene recursos suficientes para pelear por todos los torneos que se lo pongan por delante.
Lo intentó el equipo tinerfeño con un desgaste físico sin recompensa, entró al cara a cara en un segundo cuarto ciclotímico, con parciales de un lado y de otro, pero salió perjudicado del intento (25-38, 20) y sentenciado a la vuelta de la pausa. Hasta ahí, el grupo de Martínez trató de jugar sus bazas desde las trincheras y se afanó sin éxito en minimizar la gran batería de argumentos de un rival superior.
El Iberostar Tenerife levantó el 2-11 inicial con un Saúl Blanco pletórico en los compases iniciales y se metió de lleno en el encuentro con un triple del Juanpi Gutiérrez (14-15, 8). El caso es que el Barça recogió el guante y contestó con contundencia. La aparición de Álex Abrines, un triple de Oleson y un mate colmado de potencia de Joey Dorsey dispararon a los azulgrana (15-30, 14).
Sin embargo, el equipo aurinegro tuvo los arrestos para devolverle a su adversario la moneda con un 10-0 de parcial (25-30, 19), cimentado en el pundonor de Chagoyen y en un nuevo triple de Blanco. Hasta ahí duró el aguante de los canaristas, que sufrieron entonces la mejor versión del FC Barcelona. Cinco puntos de Pullen con un triple de por medio de Navarro devolvían a los catalanes una plácida ventaja (25-38, 20) que ya no dejarían menguar en lo que restó de partido.
A la vuelta del intermedio, el grupo de Xavi Pascual no dejó resquicio a la sorpresa y fue alternando su amalgama de recursos para imponerse con autoridad. La intensidad defensiva del bloque; los fogonazos de Mario Hezonja, una perla en gestación de sólo 19 años; el paso al frente de Abrines, la clase de Oleson y el poder interior de Tomic, Dorsey y compañía hicieron infructuosos los intentos del Iberostar Tenerife de apretar la contienda.
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