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El Iberostar Tenerife cae en un querer y no poder ante un Bilbao Basket superior

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El Iberostar Tenerife no pudo cerrar el año con una alegría y cayó preso de la impotencia ante un Bilbao Basket superior (68-85). El equipo aurinegro firmó un borrón ante un rival que le desactivó tras el descanso y se llevó la victoria con merecimiento. El grupo de Martínez fue de más a menos y sólo jugó relativamente fluido en el primer cuarto y parte del segundo. Tras el receso, el juego de los canaristas fue un querer y no poder ante un adversario que además demostró que su situación de privilegio en la tabla no es fruto de la casualidad.

Dos triples de Wragge y Mumbrú nada más iniciarse el choque (2-6, 2’) avisaron ya de que el equipo vasco andaba fino y venía a complicarle la vida a un equipo, el insular, que no obstante respondió con varias penetraciones de Nico Richotti y Rodrigo San Miguel. Arrancó bien el conjunto de Martínez que encadenó varias puertas atrás y finiquitó el primer cuarto con un triple de Ricardo Úriz (21-16, 10’).

El caso es que a partir de ahí el Iberostar Tenerife ya prácticamente no encontró su juego, lo que además coincidió con los mejores minutos como visitantes de los hombres de negro en lo que va de temporada. La aparición de Latavius Williams, el buen hacer en la dirección de Colom y López y los detalles de calidad de Álex Mumbrú, incluida una penetración con mate, comenzaron a desnivelar la balanza del lado peninsular.

Y las cosas no pintaron mejor tras el intermedio. El Bilbao cerró muy bien su defensa sobre los interiores aurinegros, que toparon con un muro de impotencia. El conjunto vasco, más fresco y con las ideas más claras, fue imponiendo su sello a medida que avanzaban los minutos y crecía su confianza, circunstancias que provocaron el efecto contrario en un Canarias por momentos ansioso y desquiciado.

No hubo manera ya de enderezar el rumbo, pese a varios amagos de reacción, entre otras cosas, porque los aurinegros no circularon la pelota con la fluidez de otras veces y se encontraron además con un rival inspirado, que acabaría estirando su renta hasta el 68-85 definitivo.

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