El Iberostar Tenerife silencia el Sportpaleis y se mete en la final de la #BCL
viernes, 3 mayo, 2019 - 11:05
¡Hemos vuelto! El Iberostar Tenerife silenció este viernes noche un majestuoso Sportpaleis al derrotar al anfitrión Telenet Giants Antwerp (70-54) y clasificarse para la segunda final de su historia de la Basketball Champions League. El grupo de Txus Vidorreta se medirá el domingo a la histórica Virtus de Bolonia (17:00 hora insular, Mírame TV y RTVC), vencedor de su semifinal ante el Bamberg alemán.
Costó lo suyo superar a un rival, el belga, muy combativo y respaldado por más de 17.000 espectadores. La fortaleza del bloque en defensa, una reacción a tiempo para llevar el partido a su terreno en un gran segundo cuarto, parcial de por medio de 16-2, y la aparición de jugadores como Gillet, Petit Niang, Javi Beirán o Nico Brussino en momentos claves, explican en parte el meritorio triunfo de hoy.
Nació cuesta arriba el partido, entre otras cosas porque el Amberes jugó bien sus bazas, aprovechó su físico y controló el rebote de entrada para irse incluso hasta los diez puntos de ventaja al poco de iniciarse el segundo cuarto (12-22). Fue ahí cuando el Canarias dio un paso al frente y apretó de lo lindo atrás. La irrupción de la segunda unidad aumentó la intensidad aurinegra, con un Niang sobresaliente en los dos aros.
El Iberostar Tenerife eclipsó entonces las opciones ofensivas de su adversario. Amarrada la batalla por el rebote, con Lee muy bien sujeto y con Bako metido en faltas demasiado pronto, solo los errores desde el 4,60 (5/10 al descanso) impedían a los tinerfeños abrir una brecha aún más considerable (31-26).
Tras la pausa, el grupo de Txus Vidorreta fue sumando argumentos a la causa. De entrada, Javi Beirán desplegó su talento al poste bajo y el Canarias jugó con criterio y fluidez en ataque (41-31). El Telenet Giants lo intentó amparándose en el peligro exterior de Kalinowski y de hecho estrechó el cerco hasta los tres puntos (43-40), pero el conjunto tinerfeño no estaba dispuesto a ceder.
Varios fogonazos de un Brussino inmenso al inicio del último cuarto y el oficio de los laguneros devolvieron el partido al terreno aurinegro (55-42). Ni siquiera el aliento del Sportpaleis pudo meter en partido a los suyos y más si cabe cuando Beirán se sacó un triplazo de la manga al límite de la posesión para un 60-49 que ya allanaba el camino de los aurinegros. De ahí al final la consistencia insular, con San Miguel y Bassas al timón, no hizo más que estirar la ventaja canarista para desatar la euforia entre los más de 300 aficionados que lo vivieron in situ y los miles que lo hicieron desde la distancia.
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