El Iberostar Tenerife firma otra hazaña para la historia
jueves, 15 febrero, 2018 - 10:02Un partido para soñar acabó convirtiéndose este jueves noche en un triunfo para la historia. El Iberostar Tenerife tumbó al Valencia (72-79), vigente campeón de la Liga Endesa y la Supercopa, para colarse en las semifinales de la Copa del Rey, tras un tremendo ejercicio de superación, fe y paciencia. El grupo de Fotis Katsikaris dio la primera gran sorpresa del certamen copero, espoleado por la numerosa afición aurinegra que se dio cita en el Gran Canaria Arena y con la complicidad de muchos seguidores grancanarios.
Lejos de verse intimidado por las circunstancias (nunca antes había pasado de cuartos en la Copa y tampoco sabía lo que era derrotar al conjunto taronja en su etapa reciente en la ACB), el equipo aurinegro maduró el partido desde la confianza, se sobrepuso a una notable puesta en escena de su rival (7-2, 10-4) y llevó el choque a su territorio para terminar llevándose la victoria de manera justa, después de haberlo rumiado con cabeza y constancia.
El triunfo canarista se explica desde una nueva exhibición coral, con hasta siete jugadores en dobles dígitos de valoración y a partir de una consigna grabada a fuego en el corazón del equipo: nunca dejar de creer.
El conjunto insular tuvo que lidiar con un desafío de máxima exigencia. Desde el acierto inicial en los triples del cuadro taronja, pasando por la enorme atalaya de centímetros de Tibor Pleiss (13 puntos y 8 rebotes para 24 de valoración); e incluso por el postrero despertar de Eric Green en la recta final, cuando hasta entonces había pasado casi desapercibido. Fue el rebote ofensivo (ocho al descanso) el que cimentó los primeros avisos serios de un Canarias que aprovechó el poder interior de Mike Tobey para equilibrar la balanza camino del intermedio (36-36, min. 20).
Eso y el buen hacer defensivo de todo el bloque fueron eclipsando los destellos de calidad del Valencia, que a medida que avanzaba el partido veía como su número de problemas iba en aumento. Aprovechó el Iberostar Tenerife la ausencia de un base puro en el rival (Sergi García cometió dos faltas nada más entrar y apenas pudo engancharse al partido) para hacerse con el ritmo que más le convenía.
En esa dinámica, con un Valencia mucho más maniatado de lo esperado, Rodrigo San Miguel tiró de galones desde la dirección (ocho asistencias para el maño); y los tinerfeños, pese a no arrancar muy acertados desde la larga distancia (1/9 al receso), mejoraron prestaciones tras la pausa. Movió siempre el balón con mucho criterio el grupo de Fotis Katsikaris y, lo más importante, mantuvo la fe. A base de seguir intentándolo, un fogonazo aurinegro con dos triples consecutivos de Tim Abromaitis y Kostas Vasileiadis y otra canasta del griego desembocaron ya un arreón a tener en cuenta mediado el tercer cuarto (44-51).
Fue entonces cuando el grupo de Txus Vidorreta se encomendó al talento de Eric Green, quien encadenó varias acciones de mérito, para estrechar el cerco y devolver el partido al alambre (56-57, min. 29). El caso es que el Canarias encajó bien el golpe y tiró otra vez de paciencia para sobreponerse. El oficio de Fran Vázquez, un seguro de vida en situaciones límites de tanta exigencia, y la fe del bloque hicieron el resto en los minutos posteriores (61-67, 63-71, 65-73).
El Valencia, que no terminaba de carburar, quemó su última bala desde el tiro libre y llegó a minimizar daños poniéndose incluso a tres puntos (70-73), cuando ya los insulares habían perdido por personales a Vázquez y Tobey. Sin embargo, seis tiros libres consecutivos de Tim Abromaitis (clave en un rebote ofensivo cuando más apretaba el cuadro taronja) y la férrea defensa aurinegra acabaron de sellar una victoria histórica, una de esas que pasará a los anales de un club, el canarista, que sigue creciendo a base de constancia e ilusión. El próximo desafío ya tiene fecha: este sábado, en semifinales, ante el Real Madrid, ganador de su cruce ante el Unicaja Málaga (89-84).
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