El Iberostar Tenerife vuelve a ganar contra viento y marea
sábado, 3 febrero, 2018 - 10:02
Contra viento y marea. El Iberostar Tenerife se impuso este sábado al San Pablo Burgos (84-76), tras otro gran ejercicio de superación en un pulso de lo más intenso y doblemente meritorio. Por un lado, porque tuvo enfrente a un señor equipo, que no se rindió nunca y demostró el porqué de su notable mejoría en la liga (los de Epi venían de ganar en cuatro de sus últimas cinco salidas). Y meritorio también, porque el grupo de Fotis Katsikaris volvió a sobreponerse a las ausencias por lesión de Richotti, Akognon, Vasileiadis y San Miguel, quien pese a vestirse y hacer la rueda de calentamiento, no llegó a jugar.
Un partido enorme de Fran Vázquez (el gallego se fue hasta los 29 de valoración en su mejor partido desde diciembre de 2014) y del polaco Mateusz Ponitka (24 de nota final), bien secundados ambos por la fortaleza de todo el bloque para dar un paso al frente ante las adversidades, explican en parte el triunfo aurinegro. Los tinerfeños tuvieron la paciencia suficiente para no desesperar cuando más apretaban los visitantes; así como para controlar las pérdidas a tiempo. Eso, y una vuelta de tuerca más de intensidad en el último cuarto, cimentaron su trabajado triunfo de hoy.
No fue nada fácil tumbar a un San Pablo Burgos que salió sin complejos (3-7, tras triple de Fisher) y que tuvo en Deon Thompson un martillo pilón, tanto desde la media distancia como bajo tablero. El partido nació y creció con mucho ritmo y aunque el Iberostar Tenerife trató de abrir brecha aprovechando los balones a Tobey y la calidad de Abromaitis y Ponitka (19-11), lo cierto es que el conjunto burgalés no se achicó. La irrupción de Sebas Saiz y dos triples de Javi Vega y Edu Martínez casi consecutivos pusieron al cuadro rival por delante en el electrónico (20-24), tras un parcial de 1-13.
Con más pérdidas de las deseados (siete al descanso), el Canarias tiró de coraje y de la chispa de Davin White para recuperar el mando camino del receso (37-33). Con Jenkins, principal peligro anotador de los visitantes, muy bien maniatado, fue Thompson el que siguió tirando de galones para su equipo. El choque seguía creciendo parejo a la vuelta de la pausa en un peligroso intercambio de canastas, que daba vida al San Pablo (50-50, min. 28). Cinco puntos consecutivos de Ferrán Bassas propiciaron entonces un nuevo estirón local (55-50), preaviso de lo que estaba por llegar al inicio del último cuarto.
El grupo de Katsikaris se empleó a fondo en tareas defensivas, controló el tema de las pérdidas (solo una en los últimos diez minutos) y circuló el balón con criterio, buscando siempre al compañero mejor colocado (23 asistencias al cierre, siete de ellas de Javi Beirán y seis de Ponitka). La intensidad atrás (siete robos) permitió a los aurinegros correr. Eso, y el oficio de un Fran Vázquez inmenso, edificaron un parcial de 9-0 que ya lanzaba a los tinerfeños hacia la victoria (72-59).
La renta canarista alcanzó poco después los 14 puntos (77-63) y solo un nuevo arreón burgalés, liderado por la explosividad de Corey Fisher, impidió sentenciar antes la contienda. La reacción visitante, con un 0-9 de por medio, estrechó el cerco (77-72), pero el Iberostar Tenerife mantuvo la calma y manejó con cabeza sus opciones para sentenciar desde el tiro libre. Un matazo de Tim Abromaitis, tras una espléndida lección de cómo mover el balón, y los aciertos de White desde el 4,60, pusieron ya la guinda a una más que merecida victoria.
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