El Iberostar Tenerife y el Santiago Martín vuelven a rugir juntos
domingo, 24 febrero, 2013 - 09:02
El CB Canarias y el Santiago Martín volvieron a aliarse este domingo para remar juntos en otra dura travesía con final feliz. El equipo tinerfeño sumó su novena victoria de la temporada, séptima consecutiva en su fortín de Los Majuelos, a costa de un batallador Blusens Monbus, en un nuevo ejercicio de constancia y fe colectiva para sobreponerse a las adversidades.
El grupo de Alejandro Martínez suplió la ausencia por lesión de Saúl Blanco dando otro paso al frente en un acto de paciencia para rumiar una victoria difícil y tremendamente valiosa camino del objetivo de la permanencia. Cinco jugadores en doble dígitos de valoración, los intangibles de los diez que salieron a pista y un planteamiento inteligente para eclipsar las virtudes de un rival rocoso y muy bien trabajado, explican en parte el triunfo aurinegro.
Eso y un sinfín de argumentos bien diseminados durante los 40 minutos sirvieron a los tinerfeños para llevar el partido a su territorio, a esa trinchera en la que los canaristas, bien arropados por las más de 4.000 personas que volvieron a darse cita en el Santiago Martín, se saben capaces de todo y no permiten que nadie les tosa.
Salió valiente el Canarias, haciendo daño con los balones interiores a un inmenso Blagota Sekulic (11-8, 5). El Blusens intentó contrarrestar el buen hacer de los locales aprovechando el acierto desde la media distancia de Robbie Hummel, pero se quedaba corto de recursos ante las manos rápidas de los tinerfeños atrás y el fluido juego ofensivo de un equipo, el aurinegro, que se movía al son de la batuta de Ricardo Úriz, primero, y de Carles Biviá después (20-15, 10).
Tres triples seguidos de los anfitriones (dos de Guillén y uno de Biviá) amagaron al primera brecha significativa camino del descanso (31-21, 14). El Canarias trampeaba el partido en función de sus intereses, se plantaba en zona atrás y sacaba petróleo jugando con Chagoyen al tres para suplir la hoy escasa rotación exterior por la baja de Blanco. Sólo el acierto de Dewar desde el perímetro parecía frenar el intento de estampida aurinegra.
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Con Corbacho bien defendido (ni un solo tiro en los dos primeros cuartos), el Blusens sufría lo suyo pero tenía arrojo y orden, mucho orden, para no marcharse del encuentro (44-41, 20). El despertar del mallorquín estrecharía el cerco a vuelta de pausa e incluso, forzaba la igualada (49-49), pero el Canarias volvía a llevar el partido a su terreno al son del mejor Úriz y haciendo daño otra vez con las rotaciones: 64-52 (31), tras triple de Biviá.
En esa dinámica, el partido entró en un efecto acordeón. El choque se estiraba en los arreones de los locales y volvía a equilibrarse ante los intentos gallegos por no perder comba. Sin embargo, en ese paciente pulso, fue el equipo tinerfeño el que manejó mejor sus opciones, espoleado por su público y colmado de la confianza adquirida con el paso de las jornadas.
Un triple desde la esquina de Rost, un robo oportuno de Úriz, una penetración valiente de Richotti, un par de buenas acciones de Sekulic fajándose en al pintura y la paciencia colectiva para evitar la asfixiante presión visitante a la salida del balón, allanaron en la recta final del encuentro la novena victoria aurinegra, séptima consecutiva al abrigo de su gente en otra jornada festiva en el fortín del Santiago Martín.
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