El Canarias enseña sus garras
viernes, 6 mayo, 2011 - 11:05El Isla de Tenerife Socas Canarias se resiste a rendirse. El equipo aurinegro igualó este viernes noche su serie de cuartos (2-2) ante el Girona, tras salvar su segundo match ball consecutivo. El grupo de Martínez firmó un brillante ejercicio colectivo (hasta siete jugadores alcanzaron los dobles dígitos de valoración) y trasladó de paso la presión al equipo catalán. La eliminatoria viajará ahora este domingo a Fontajau (el choque se jugará finalmente a las 16:00 hora canaria), cancha invicta desde el pasado mes de diciembre y donde los de Ricard Casas acumulan once victorias consecutivas.
Espoleados por su afición, los aurinegros rescataron su mejor versión para encarrilar el partido antes del receso, aunque estuvieron a punto de tirar por la borda lo mucho y bueno que habían sembrado hasta ese momento con un parcial fatídico de 3-16 a la vuelta de la pausa. El pertinente tiempo muerto del técnico canarista y el retorno al guión que tan buen resultado le había dado en el primer acto cimentaron un 9-0 que allanó, ya sí de manera definitiva, el triunfo aurinegro.
El partido nació equilibrado. El Canarias jugó otra vez las bazas de su juego interior, mientras que el Girona trató de entorpecer el ataque insular retardando sus posesiones a base de desgastar la salida del balón, con presión en toda la cancha y un alero (primero Jiménez y luego Pino) sobre la marca de Albert Sábat, quien pese al camino de espinas que tácticamente le había preparado el rival, supo jugar con cabeza y paciencia para surtir de balones a los hombres grandes.
A partir de ahí, la clase y el buen hacer de Guillén y Chagoyen amagaron ya las primeras rentas significativas (12-5, 19-11). El Canarias amplió entonces su repertorio y leyó el partido con inteligencia. Por muchos intentos que hiciera el Girona para cerrarse sobre sus interiores, el perímetro aurinegro dio un paso al frente y ofreció su mejor cara. Los triples de Yáñez, Richotti y Chagoyen aumentaron la brecha (26-13) y dispararon las opciones canaristas.
Al Girona se le multiplicaron entonces las vías de agua. Lo que tapaban por un lado, se les descosía por otro. A eso hay que añadir además que el Canarias apretó atrás y tomó las riendas en la batalla del rebote. Y para más inri, Levi Rost, uno de los principales desatascadores del Girona, se cargó muy pronto de personales.
El partido crecía plácido (44-29, 20) y parecía encarrilado, pero el grupo de Ricard Casas enseñó los dientes a la vuelta de vestuarios con un 3-16 que puso un peligroso 47-45 en el electrónico y casi echó al traste todo el buen trabajo acumulado por los locales hasta ese momento. Sin embargo, el Canarias reaccionó a tiempo.
Dos balones interiores a Chagoyen y Guillén y la posterior irrupción de un Jaime Heras espléndido (once puntos casi consecutivos, incluidos tres triples), aderezado también por los robos y las penetraciones de Richotti o los aciertos desde el perímetro de Yáñez, rompieron, ya de manera definitiva el encuentro a favor de los locales, que en los últimos minutos aprovecharon para dosificar los esfuerzos de sus jugadores más sobrecargados; al tiempo que el público festejaba el 2-2 al son de un solo grito y un mensaje para la próxima batalla: ¡Sí se puede!
El Canarias daba así carpetazo a un buen partido, aunque muy consciente de que lo vivido este viernes noche no tendrá nada que ver con lo que le espera el domingo que viene en Fontajau. La rueda de prensa de Martínez, las declaraciones de los propios jugadores y la sensatez del vestuario acompañaron la lectura inmediatamente posterior al encuentro: el domingo habrá que sufrir ante un gran equipo, pero con el convencimiento de que la remontada es posible.
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