
Cae con la cabeza alta
sábado, 15 febrero, 2025 - 10:02No pudo ser. La Laguna Tenerife se quedó este sábado a las puertas de la final de la Copa del Rey, tras pelear hasta el final ante el Unicaja Málaga (90-83) en un pulso muy físico y con alternativas de por medio. El grupo de Txus Vidorreta, que llegó al descanso uno arriba (38-39), pagó luego muy caro un mal final del tercer cuarto (75-60, min. 31), si bien tuvo orgullo y carácter para forzar un epílogo más parejo, que acabó decantándose del lado malacitano en el último minuto.
La irrupción de Alberto Díaz, con tres triples importantes en la reanudación, y el buen partido de Yankuba Sima, castigaron mucho a un Canarias, que pese a todo no se rindió nunca y apuró sus posibilidades hasta los últimos segundos. Un desenlace no deseado, del que aprender para futuros desafíos, que no ha de manchar lo mucho y bueno hecho con anterioridad, no sólo la noche memorable firmada para eliminar el jueves al Barça en cuartos de final, sino también la gran temporada firmada hasta la fecha.
El choque nació con el Unicaja exprimiendo los balones interiores a Sima, que en un parpadeo se fue hasta los nueve puntos y cuatro rebotes, dos de ellos ofensivos (11-8, min. 5). Con problemas para frenar los puntos en la pintura de los andaluces, el Canarias sobrevivió al arreón inicial de su rival amparándose en los triples de Thomas Scrubb y Jaime Fernández (15-14), hasta que un parcial de 6-0 permitió a los de Ibon Navarro abrir una pequeña brecha en el marcador (21-15, min. 10).
Solo los errores desde más allá del arco (0/9 de entrada) evitaban que la renta de los malagueños fuera mayor, más si cabe cuando doblaban a los insulares en la puja por el rebote al cierre del primer cuarto (10 rechaces por cinco de los laguneros) y los tinerfeños cometían más pérdidas de las deseadas. Fue ahí cuando La Laguna Tenerife cambió el chip y aprovechó la irrupción de un gran Gio Shermadini para llevarse el duelo a su terreno.
La escuadra aurinegra mejoró prestaciones en el rebote (16-17 al descanso) y el georgiano lideró una reacción que devolvía el partido al alambre. En ese contexto, el Canarias amagó incluso con coger una ventaja significativa (23-28, tras un triple de Joan Sastre), si bien los errores desde el tiro libre (7/13 al intermedio) impedían que su mejoría fuera aún más contundente. Fran Guerra asumió el relevo de Gio y los de Txus Vidorreta lograron irse al intermedio uno arriba (38-39).
Tras el paso por vestuarios, el conjunto insular salió muy metido (45-47, tras dos triples de Marcelinho Huertas), pero fue perdiendo opciones por el camino. Un par de 10-2, con dos aciertos desde el 6,75 de Díaz, que dieron alas a los suyos (55-49), dieron paso a minutos complicados, en los que Sima hizo mucho daño en la pintura. El arreón se prolongó hasta un triple al inicio del último cuarto de Osetkowski (75-60) para poner el partido muy cuesta arriba para los anfitriones.
Aún así, el cuadro tinerfeño no tiró la toalla e hizo lo imposible por estrechar de nuevo el cerco ante un rival tremendamente físico. Amagó con hacerlo primero con un 0-8, tras sendos triples de Aaron Doornekamp y Bruno Fitipaldo (75-68); y volvió a pelearlo en el sprint final (83-77, 85-80), pero no le bastó para cambiar el signo del partido. Por ahí, acabó por consumarse una derrota dolorosa por lo mucho que había alimentado sus posibilidades, pero lo que no quita, a tenor del balance global acumulado en lo que va de curso (22/6) para seguir afrontando con entereza nuevos retos. Toca levantarse y seguir soñando.
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